En su viaje a Costa de Morte, Jesús Calleja ha tenido la ocasión de conocer a Cristina, hija de los últimos fareros del lugar, que habitó gran parte de su vida en el Faro Vilán y que hacía años que no había conseguido volver a su interior debido al impacto emocional que le supone.
Cristina se crió en esta peculiar casa, ya que los fareros tenían la obligación de habitar los faros junto a sus familias. Allí fue muy feliz y recuerda con añoranza la infancia en este idílico y divertido lugar en el que sus padres se disfrazaban de fantasmas para asustar a los más pequeños.
Aunque Cristina había regresado al exterior del que fuese su hogar, llevaba dos años sin conseguir entrar dentro. Nada más hacerlos, la nostalgia y los recuerdos la invaden y no puede evitar ponerse a temblar y a llorar.
Desde allí y ya más tranquila, Cristina llama a su madre para contarle dónde está y qué ha sentido al regresar al lugar en el que fueron tan felices. Aunque ella no ha sido capaz de ir debido a la carga sentimental tan fuerte que le supone, ha querido hablar con Jesús Calleja y con su hija: "No he sido capaz de ir, pero quiero que sepáis que estoy allí con vosotros. Fue mi casa en mis mejores y en mis peores momentos", ha contado emocionada.