En el estreno de la nueva temporada de 'Volando voy', Jesús Calleja se ha desplazado hasta la Costa da Morte, la cual se extiende a lo largo de más de 200 kilómetros por el norte y noroeste de Galicia. Los oficios y actividades marinas han marcado su historia: la pesca, el marisqueo, la fabricación de barcos, los naufragios y, más recientemente, el surf.
La primera persona a la que ha conocido Calleja ha sido a Martín, uno de los pocos carpinteros de ribera que quedan en el lugar y que defiende con humor la fabricación de barcos de madera, serán otros de los protagonistas de esta entrega.
Martín es la tercera generación de su familia que se dedica a hacer barcos de madera, pero el único de sus hermanos que continúa con la tradición familiar: "Yo era peor estudiante y me quedé aquí, pero nunca me he arrepentido", nos cuenta.
Aunque Martín no se arrepiente de la decisión que tomó en su día, asegura estar contento de que sus hijos tengan otras profesiones, ya que la suya a día de hoy "no les daría ni para comer".
Ya en su taller, Jesús Calleja le pide que le regale o le venda unas hélices de barco, algo que no convence a Martín: "No te voy a dar nada. "¿Por qué tengo que tener un detalle si tú a mí no me has traído nada", le dice. Ante su negativa, Calleja trata de 'chantajearle' con productos típicos de su tierra: "Te lo cambio por chorizo o cecina". Pero la oferta del aventurero tampoco convence a este gallego.
Antes de despedirse, Jesús Calleja le invita a sobrevolar la costa en helicóptero. El viaje deja enamorado a Martín, que le ofrece a Calleja las hélices que tanto deseaba como señal de su agradecimiento.