Vetadas las mujeres de un pueblo de La Rioja: "Dejarlas bailar sería..."

  • Una danza centenaria llamada 'La Gaita' es la culpable de esta desigualdad entre hombres y mujeres durante siglos

  • La Cofradía de San Gil emitía un comunicado: "Queremos transmitir la tradición sin alteraciones" y aseguran que además "dejarlas bailar sería imposición antidemocrática"

  • Este conflicto no es nuevo, ya en 2018 hubo un conflicto cuando un grupo de mujeres intentaba bailar esta danza tradicional

Vivimos una época en que la igualdad entre hombres y mujeres se busca en cada rincón de nuestra sociedad. Los mismos derechos a nivel laboral, los mismos salarios a igual categoría, mismas oportunidades y libertades. Pero esto no siempre ha sido así.

Aún existen deportes, que esto no se cumple, como el hemos visto estas semanas con los sueldos entre los futbolistas y las futbolistas, llegando incluso a ser el de las mujeres, menos de la mitad que el sueldo de un hombre futbolista.

Hoy en ‘Todo es mentira’, ponemos el foco en las fiestas populares de un pueblo de La Rioja, concretamente en Cervera del Río, donde literalmente las mujeres tienen prohibido bailar por tradición.

Una danza centenaria llamada 'La Gaita' es la culpable de esta desigualdad entre hombres y mujeres. Bailada desde hace siglos tradicionalmente por hombres solteros, ahora son las mujeres las que reclaman poder bailarla libremente.

Esta polémica no es algo nuevo, sino que lleva años enturbiando las fiestas de esta localidad. En 2018, un grupo de mujeres lo intentó y les cortaron el paso. Este año ha ocurrido algo parecido, los chicos de la 'Gaita Mixta' hacían pasillo para que pasaran los hombres y cuando las mujeres han querido pasar, deshacían ese pasillo para que no pudieran incorporarse.

En la próxima semana, hay en este pueblo otra celebración, las fiestas de San Gil, en la que se realiza también esta danza tradicional. Por su parte, la Cofradía de San Gil, emitía un comunicado y decía: "Queremos transmitir la tradición sin alteraciones" y aseguran que además "dejarlas bailar sería imposición antidemocrática". Y no se quedaban ahí, en el comunicado también advertían que: "El respeto a la gaita nos pide que la transmitamos tal y como la hemos recibido de nuestros antepasados".

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