Han pasado casi tres años, pero la isla de La Palma no ha vuelto a ser la misma. El volcán de Tajogaite, que conocemos como Cumbre Vieja, se ha transformado y la vida de miles de sus habitantes ha cambiado y ya se puede notar desde aquel fatídico septiembre cuando el volcán entró en erupción.
Y aunque aquellos meses todo parecía perdido para siempre, ‘Tiempo al tiempo’ ha descubierto que la expresión ‘renacer de las cenizas’ nunca había tenido más sentido. Un equipo del programa se ha desplazado hasta La Palma para conocer de primera mano alguno de los negocios que se han regenerado tras la erupción.
“Ya no podemos llorar más, ahora estamos centrados en el futuro”, aseguraba Jadwiga Mech, guía turística, que ha contado su historia al programa. “Vine de vacaciones tres días y me quedé enamorada de la isla y dije: ‘es el sitio en el mundo donde quiero vivir”, comentaba.
Las cenizas las hemos visto de muchas maneras, pero en un taller de La Palma la convierten en joyas. “Todo fue a raíz del volcán que empezamos a investigar con la ceniza”, decía Marta Corrales, profesora de un taller de arte, mientras detallaba cómo trabajan.
En otro taller de la isla convierten el volcán directamente en moda. “Elaboramos una serie de pinturas que, al colocarles la ceniza volcánica, ingredientes naturales, podemos fijarla y crear una especie de estampación de diseños”, contaba Verania Sánchez, profesora de un taller de arte.
Por otro lado, Juan Carlos, agricultor de plátanos, ha explicado cómo han sabido utilizar las cenizas del volcán para regenerar el cultivo: “Hemos almacenado la ceniza, la mezclamos con otro tipo de componente o estiércol y es algo muy bueno. En general, la producción va mucho más adelantada que otros años”.