Carlos acude al restaurante del amor de ‘First Dates’ con la esperanza de encontrar a una mujer con la que compartir el resto de sus días en compañía y con la que vivir experiencias únicas. Es un empresario jubilado de Barcelona que asegura haber querido ser “torero” cuando era joven, aunque le faltó “valor” en cuanto le pusieron delante de una vaquilla.
Desde que Carlos perdió su negocio por la crisis del 2008, se prejubiló y hace tan solo seis meses que falleció su esposa, el soltero asegura al presentador que no hace “nada”. Es entonces cuando el soltero recuerda a las cámaras cómo fue su relación con su esposa y rompe a llorar: “Es que han sido 49 años juntos… y los últimos tres meses los pasó muy mal”.
“Carlos, necesitas hacer cosas. Necesitas crear endorfinas”, cuenta el presentador al soltero en cuanto descubre que no sale de casa por la pérdida de su mujer. Sin embargo, hay algo que Carlos no ha perdido todavía: su sentido del humor. En cuanto le dice a Sobera que no sabe jugar a las cartas, provoca un ataque de risa al presentador.
Carlos Sobera, una vez que ha descubierto el pasado que lleva arrastrando su tocayo y que sabe lo que le gustaría encontrar para volver a sacarle alguna que otra risa, se dirige a la entrada del restaurante para dar la bienvenida a Dori, quien será la cita del soltero en ‘First Dates’. Es una cocinera jubilada de Barcelona y, al igual que el empresario jubilado, también es viuda.
“Está guapa. Muy bien”, cuenta el soltero a las cámaras de ‘First Dates’ en cuanto la ve por primera vez. Sin embargo, Dori se lleva una gran desilusión con respecto al aspecto físico de su cita: “Carlos no me ha parecido guapo. Me esperaba otra cosa. Un hombre más alto… de otra manera”.
Una vez se sientan en la mesa, es el momento perfecto para que se conozcan un poco más y tal vez pueda surgir el amor entre ellos, aunque el aspecto físico no haya sido lo esperado por parte de la soltera.
Sin embargo, Dori parece que tampoco cree que vaya a encontrar en Carlos esa chispa para volver a enamorarse: “Una persona que se jubila y ya se queda en casa, y no mira por hacer un poco de gimnasia, como que no. Yo no podría estar con un hombre así, que no haga nada en todo el día. En dos días me daría algo”.
“Yo intentaba sacarle conversación, temas… Y ella, solo respondía con un sí o no. Claro, si no hay conversación…”, cuenta el soltero a las cámaras del programa.
Tanto Carlos como Dori no han sentido esa chispa tan necesaria para seguir conociéndose más. Por lo tanto, a la pregunta de si mantendrían una segunda cita, los dos solteros tratarán de buscar el amor por su cuenta y verán si podrán conectar con otra persona.