Samanta Villar, deslumbrada por el pasado aristocrático y nobiliario de la diseñadora más conocida y revolucionara de nuestro país, ha querido conocer a las tías de Ágatha Ruiz de la Prada, Mercedes (Mercedes Arnús) y Dela (Isabel Ampuero), dos de las tías de Ágatha con las que pasó muchos periodos vacacionales corriendo entre los lujos de la aristocracia catalana, antes de sorprender a Ágatha volviendo a sus orígenes.
En un intento de conocer mejor a la niña juguetona que era Ágatha, estas le han contado algunos detalles de la personalidad de sus padres. Aseguran que el padre de Ágatha era un visionario del mundo de la arquitectura y el arte “Vio lo que iba a hacer Antonio López y nos tenía en su casa cambiando los cuadros… “Su madre era la única de varios hermanos y era un poco mimada, pero también se notaba que se había criado con chicos… Era una persona muy abierta, muy agradable de trato”.
Ágatha fue testigo de las tertulias que hacía su abuela en el jardín dónde recibía a lo más granado de la sociedad del momento. De aquella época, lo único que queda es un Beethoven que había en el jardín del palacete Torre Arnús de la familia en Badalona. Sin embargo, Samanta ha querido que la diseñadora volviera al lugar dónde fue tan feliz.. De camino, la empresaria nos ha contado cómo era la relación de sus abuelos “secretarios” de don Juan y doña María, los padres del Rey emérito, don Juan Carlos. En su casa nadie trabajaba, peros sus abuelos eran muy disciplinados y asegura que su abuelo siempre cenaba de chaqué.
Ya en Torre Arnús, Ágatha se ha reencontrado con sus tías, nos ha enseñado los rincones de un jardín maravilloso en el que jugaba y se ha quedado muy sorprendida al ver el mal estado en el que se encuentra el lugar. La casa está tapiada y el jardín abandonado, un claro ejemplo de la decadencia y la ruina de la aristocracia catalana.