Uno de los lugares donde más disfrutó Ágatha Ruiz de la Prada cuando era pequeña fue en la finca familiar de sus abuelos en Brea del Tajo (Madrid), finca en la que se ha reencontrado con Rosario Crespo, su niñera de entonces y con quién sigue manteniendo contacto. “Mi abuelo vendió una finca que tenía en la Diagonal y le ofrecieron comprarse Marbella entero, y en lugar de Marbella se compró tres fincas, una de ellas esta que no vale nada”, nos ha contado la diseñadora.
Ágatha es una gran apasionada de la naturaleza y los animales y además, de contarnos la historia de sus gallinas francesas y llevarnos a ver sus caballos, nos ha presentado a escuadrón de perros y en especial a Perro Jota. A Ágatha no le gusta nada hablar de su exmarido de hecho, le llama “el innombrable”, pero el destino ha querido que nos cruzáramos con la mascota que lleva su nombre y nos le ha presentado. Eso sí, no era un buen día para Perro Jota porque el grandullón de la jauría le ha mojado:“Gucci se ha hecho pis encima de Jota”
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