Conforme avanzan las semanas en '¿Quién quiere casarse con mi hijo?', las cosas resultan cada vez más complicadas para las chicas y los chicos. Y más en el caso de Alejandro de Montenegro, que su vida es como si de una telenovela se tratase. De hecho, las chicas del hijo de Valeria ya han tenido alguna bronca que otra. La última ha ocurrido tras un beso que se ha dado Alejandro -fruto de la improvisación- con Evelyn, provocando el enfado total en Natalia.
Y es que Alejandro les ha llevado a sus pretendientas a un sitio muy exclusivo de Monterey, en donde han tenido ocasión de conocer a sus amigos. En un momento de despiste de todas, Martina hacía uso de su técnica "Martina Amour" y se llevaba al hijo de Valeria a un lugar más apartado para tener una cita express con él. Algo que, ya de entrada, sentaba muy mal a Natalia.
Al volver, la seriedad reinaba entre sus pretendientas y amigos, algo que contrastaba con la actitud que Alejandro y Martina tenían después de su gran cita con beso incluido. "Pensé que iba a haber fiesta aquí, veníamos a darlo todo", aseguraba Alejandro. "¿Cuántas citas vas a tener con esta señora?", preguntaba Evelyn, a lo que Alejandro respondía muy cariñosamente si quería una cita ella en ese momento. Natalia pedía explicaciones, pero Alejandro se centraba en pasárselo muy bien junto a Evelyn y hacía caso omiso al resto.
Pues bien, Evelyn aprovechaba el momento de euforia y esta vez era ella la que se llevaba a Alejandro a escasos metros del grupo. Pero lo que nadie se esperaba es que tras darse un abrazo, ambos se iban a 'pegar un morreo de los buenos'. "Se está besando con Alejandro", informaba un amigo del soltero al resto de chicas. Y literalmente, delante de la cara de Natalia, que estallaba por completo: "¡Qué asco!". Además, le simulaba una cruz con la mano a Alejandro y se marchaba del lugar muy enfadada.
Tras esta reacción, Alejandro no tardaba en ir detrás de ella y pedirla perdón. "No creo ni que sepas por qué te tengo que perdonar", señalaba Natalia, muy cabreada, para quien Alejandro tras lo que había hecho era un "sinvergüenza que no tiene respeto". "No sé qué decirte. Tus palabras no valen nada para mí. Has perdido totalmente mi credibilidad. Ahora mismo no quiero nada, quiero desconectar e irme a casa", comentaba Natalia, totalmente fuera de sí.