Sofía sorprendió a Erik durante el estreno de '¿Quién quiere casarse con mi hijo?' con una carta de presentación de lo más inesperada que hemos visto en televisión hasta el momento. Pues bien, en esta segunda entrega ha vuelto de nuevo a sorprender al soltero con uno de sus discursos, con la diferencia de que esta vez también estaba el resto de solteras. Unas solteras que no han podido contener las risas, en concreto Camelia.
Y es que a Erik no se lo iban a poner nada fácil sus chicas. En primer lugar, el hijo de Mari Carmen proponía a todas degustar la comida favorita de David Beckham, pero esa propuesta era chafada por Camelia ya que su estricta dieta le impedía comer eso. Posteriormente, iba a llegar el momento de Sofía, que señalaba lo siguiente después de que Erik preguntase si tienen algún ídolo como para él lo es el exfutbolista del Real Madrid.
"Yo, más que ídolo, admiro a muchas personas que me enseñan habitualmente. Ya te comenté que para mí el conocimiento en profundidad es algo que es prioritario y es el estandarte en mi vida diariamente", informaba Sofía. "Rocío Jurado es un referente en mi vida musical y luego Iñaki Piñuel es un gran descubridor a nivel psicológico, y es un gran precursor de muchas teorías que bajo la práctica ya se ha demostrado que existen", añadía.
Y es que si hay algo que le sobran a Sofía son teorías, y no duda en comentarlas en público: "Hay teorías que determinan que el cerebro es plástico. Más que teorías son ciencias absolutas en cuanto a un método comprobado". Pero era las siguientes palabras las que iban a desatar las risas entre el resto de solteras, que atendían perplejas y sin dar crédito a lo que estaban escuchando: "Yo soy talasofóbica hasta el infinito, mi amor al mar para mí es continuo".
Sus palabras continuaban de la siguiente manera: "Yo soy muy poliédrica". "¿Eso qué es?", preguntaba una de las solteras. "Puedo estar en un museo, como puedo estar en una cena... lo que pasa es que hay que conocerme mucho en profundidad", subrayaba. Camelia no podía aguantarse más la risa y Sofía estallaba: "¿De qué te ríes? Estoy hablando y creo que necesito un respeto". "Divertirme no es una falta de respeto", aseguraba Kamelia, 'muerta de risa'.
"Que una persona se burle de algo que creo que debería de ser lo normal en la sociedad me parece una anormalidad", decía una Sofía, muy indignada por la reacción que habían tenido sus compañeras al pronunciar su culto y extenso discurso.