La epilepsia, una enfermedad silenciada que no avisa ni da descanso: "Es un estado de alerta constante"

500.000 personas en España sufren de epilepsia, una enfermedad que a veces es invisible a ojos de la sociedad, pero que condiciona la vida de muchos de los pacientes. Representado una de las enfermedades neurológicas más frecuentes a nivel global, afecta sobre todo a personas mayores y a los más pequeños como Irene, una niña de 11 años que convive con ella sin tratamientos gracias a los avances científicos. 

La epilepsia de Irene comenzó en el embarazo de su progenitora, Mónica Sánchez: “Tiene un daño cerebral por una infección que cogí yo en el embarazo. Tuve una crisis muy fuerte en casa y ahí empezó nuestro verdadero calvario”. Aunque la pequeña conviva con la enfermedad, desde hace un año y medio no tiene ataques epilépticos, el efecto más visible de la enfermedad que solo sufren el 30% de los pacientes

Gracias a los tratamientos médicos y los avances científicos, la epilepsia tiene a día de hoy un tratamiento que ayuda a reducir e incluso eliminar la sintomatología. A raíz de consumir una dieta sin azúcares y cinco pastillas diarias, Irene ha conseguido estabilizar la enfermedad, pero sus responsables siempre están pendientes por si vuelven a aparecer: “Tenemos un rescate en el cole, que me lo meten aquí en la boca, porque no sé lo que me ha pasado”.  

Más de 50 millones de personas a nivel global sufren epilepsia

La epilepsia lleva a su alrededor un gran estigma, pero “es importante que la sociedad cambie de actitud y sepan que es otra enfermedad más como puede ser la diabetes, el asma”, tal y como expone Antonio Gil – Nagel, neurólogo de Epilepsia Ruber Internacional. Aunque se caracterice por los ataques y convulsiones, “una crisis epiléptica en sí no tiene por qué ser algo grave. El problema es cuando estas se repiten a lo largo de la vida”. 

Según la OMS, cerca de 50 millones de personas sufren de epilepsia en todo el mundo y cerca del 80% de los pacientes viven en países de ingresos bajos y medianos, pero cabe recalcar que “la epilepsia no es en sí una enfermedad, son muchas enfermedades. Muchas de ellas son enfermedades comunes, pero también hay toda una miríada de enfermedades raras”. 

Las convulsiones y los ataques epilépticos varían en función del paciente

En varios casos, los pacientes no disponen de la medicación adecuada, acentuando los síntomas y el sufrimiento. Se estima que el 70% de los pacientes podría vivir sin ataques epilépticos y convulsiones si se receta un tratamiento correcto. Las características de las convulsiones varían dependiendo del paciente y de la región cerebral alterada. En algunos casos, los movimientos involuntarios se acompañan de pérdida de conocimiento y conciencia, además de alteraciones en el estado de animo y otras funciones cognitivas. 

La investigación y la financiación es clave para conseguir recetar tratamientos que faciliten la vida de pacientes como Irene, porque la epilepsia “no entiende que estés en la playa, que vayas conduciendo y a tu hija detrás le de una crisis. Es un estado de alerta constante y continuo”.

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