Siete de cada 10 menores de dos años han tenido acceso a las pantallas. Un estudio liderado por una enfermera del Instituto Catalán de la Salud muestra que el 61% de los niños miran pantallas mientras comen. El uso del teléfono ya ha provocado que muchos jóvenes se vuelvan adictos a estos dispositivos. El estudio advierte de los efectos negativos en el desarrollo y la concentración de los más pequeños.
“Tenemos que huir de utilizar las pantallas como un chupete digital que nos calma a los niños y les entretiene porque tiene repercusiones”, sostiene Emi Ruiz, enfermera de Atención Primaria y especialista en Atención Familiar y Comunitaria y líder del estudio.
Las pantallas están cada vez más presentes en nuestras vidas desde edades más tempranas. El 70% de los menores las usan por primera vez antes de los dos años. “Nos preocupa mucho porque es una época en pleno desarrollo neuropsicomotor”, alerta Ruiz. Los estímulos constantes de luz, sonido y movimiento repercuten en la capacidad de concentración, en la resolución de problemas y en el control de los impulsos.
La mayoría de los menores de 12 años utiliza pantallas más de dos horas al día, tiempo que se incrementa en los días festivos. En los días laborables, la mayoría de menores de 12 años cumplen las recomendaciones de consumir menos de una hora de pantallas. Pero un 42,3% de las familias encuestadas reconoce que los niños estaban con el móvil entre dos y cuatro horas en festivos, un 14% entre cuatro y seis horas y un 4,67% más de seis horas. “Después de cenar le doy el móvil para que se relaje antes de ir a dormir”, confiesa un hombre. Lo ideal sería no superar la media hora.
Los expertos recomiendan elaborar un plan familiar para aplicar normas de uso y limitar las horas de consumo. “Tienen que jugar en el parque, mancharse de barro, caerse y hacerse un chichón, que no les pasa nada”, dice una mujer. Porque los menores no deberían de tener pantallas hasta los 16 años y mientras, lo único que deberían de hacer es jugar como se ha hecho toda la vida.
Los menores pueden desarrollar problemas en el neurodesarrollo si están expuestos a las pantallas de los teléfonos. Algunos estudios científicos sostienen que se producen alteraciones tanto estructurales como funcionales del cerebro. El riesgo de retraso en el lenguaje puede multiplicarse hasta por seis cuando los bebés pasan más de dos horas con el teléfono al día.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.