La vida tras sufrir un ictus con 22 años: "Pensaba que solo podía ocurrir en gente mayor"

El ictus se ha convertido en la segunda causa de muerte en España por detrás de las enfermedades cardiovasculares. En mujeres, se ha colocado como principal causa de defunción. La incidencia de estos accidentes cerebrovasculares es cada vez mayor en las personas más jóvenes, pero como informan Ana García Quesada, Miriam González y Andrea López en el video, la mayoría de los casos se pueden prevenir. 

Según la Sociedad Española de Neurología, cada año se diagnostican 120.000 nuevos casos de ictus. El año pasado más de 23.000 personas fallecieron como consecuencia de ello y casi 13.000 eran mujeres, según los datos del INE. Lo más preocupante de los accidentes cerebrovasculares es que en la mitad de casos los afectados terminan con consecuencias incapacitantes, como es en el casi de Noelia, que sufrió un ictus con 22 años.  

Noelia todavía está en proceso de recuperación del habla

Según relata su pareja Andrés, llegó del trabajo y se encontró a Noelia tendida en el suelo: “Intenté incorporarla al sofá y vi que no le respondía ni siquiera el brazo derecho, ni las piernas. La tumbé como pude en el sofá y viendo la situación llamé a urgencias”. Además, Noelia era incapaz de articular palabra. Gracias a la rehabilitación, la paciente ha vuelto a recuperar ciertas capacidades físicas: “Camina, ha vuelto a conducir”. Con el habla va poco a poco, “frases cortas, palabras sueltas” y como ella nos cuenta, “queda mucho” todavía. 

Las consecuencias pueden ser muy graves, incluso la muerte, pero también podemos detectar otros efectos. Raquel sufrió un ictus con 32 años y cuatro años después explica las secuelas que pueden tener los afectados: “Puede ser que se te paralice todo el cuerpo o una parte del cuerpo, que de repente tengas un dolor muy fuerte de cabeza, que se te gire la cara, que no puedas sonreír, que la boca haga algo raro, que no puedas hablar”. 

Se prevé que la incidencia de ictus siga en aumento en los próximos años

Aunque la edad es un factor de riesgo en los ictus, no es determinante. Los ictus han aumentado hasta un 25% en personas jóvenes en apenas 20 años. Además, se estima que los casos aumentarán en un 27% de aquí a 2050. Dada la incidencia, los expertos reclaman unidades especializadas en los hospitales en el Día Mundial del Ictus. Aun así, informan que el 90% de los casos de pueden prevenir mediante hábitos saludables como el deporte, una dieta equilibrada y controles médicos periódicos. 

Hay que recordar que el ictus puede ser producido por una disminución notable del flujo sanguíneo de una parte del cerebro o por una hemorragia causada por la rotura de un vaso cerebral, como expone la SEN. Aunque hay factores de riesgo que no se pueden cambiar, como es el caso de la edad, historial familiar o el sexo, hay otros desencadenantes que pueden ser determinantes a la hora de sufrir un ictus. Los factores de riesgo más significantes son la hipertensión arterial, enfermedades cardiacas, el consumo de tabaco, consumo excesivo de alcohol, obesidad y hábitos sedentarios. Todas estas variables hay que tenerlas en cuenta, porque como dice Raquel, “cada minuto cuenta muchísimo". 

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