La Unión Europea ha pagado ya desde hace 8 años más de 11.500 millones a Turquía por retener en centros de ese país a más de 3 millones de refugiados para que no vengan a Europa. Una reciente investigación de varios medios internacionales ha revelado cómo funcionan y cual es el respeto a los derechos humanos. En ella ha participado nuestro compañero Andrés Mourenza.
Turquía detiene cada año a más de 200.000 extranjeros, muchos de ellos en ruta hacia la Unión Europea. Una vez detenidos, son internados en estos centros financiados por Europa, donde viven hacinados, prácticamente desconectados del mundo exterior y la gran mayoría sin acceso a abogados.
Los internos denuncian humillaciones y palizas. Una violencia que parece destinada a forzarles a firmar documentos de deportación voluntaria, incluso a países donde su vida puede estar en riesgo como la Siria en guerra o el Afganistán de los talibanes. De hecho desde Informativos Telecinco hemos recabado varios casos de deportados que han muerto o sido asesinados tras ser retornados a la fuerza.
Diplomáticos de la UE nos han confesado su preocupación por estas violaciones de derechos humanos cometidas con dinero europeo, pero también que los dirigentes en Bruselas han decidido ignorarlas.
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