Algunos migrantes, como el senegalés Aliou, han hecho dos veces el peligroso viaje en cayuco a Canarias. Aliou llegó a ganarse la vida a España, pero al terminar su contrato tuvo que regresar a su país. Ahora de vuelta en el archipiélago, espera en un campamento una nueva oportunidad.
Al primer viaje lo embarcó su padre en 2005, pero no logró regularizar su situación y tuvo que buscarse la vida. Un amigo le ayudó, pero al término del contrato, no le quedó otra alternativa que vender cds falsos. La Policía le detuvo y le envió de vuelta a Senegal.
Al dolor de regresar a su país, se sumó el rechazo de los suyos, ya que su vuelta fue una decepción muy grande para ellos, porque en Senegal no había futuro. Durante catorce años, Aliou trabajó por 2€ al día con un objetivo claro: volver otra vez a España.
Aunque haya logrado llegar de nuevo, ahora un sentimiento de culpa lo invade: "Cuando cojo mi comida, mi cabeza se va a Senegal", explica. Solo ha podido hablar una vez con sus hijos pese a que admite que cada segundo está pensando en ellos.
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