Este lunes, 7 de octubre, el Hospital Nacional de Parapléjicos en Toledo cumple 50 años. Todo un hito del único centro público en España para el tratamiento de lesiones medulares, según informa Martín Pérez.
En este tiempo, más de 14.000 pacientes han pasado por el centro médico, donde un equipo multidisciplinar les enseña a convivir con sus lesiones, que han dejado de ser mayoritariamente por accidentes de tráfico. Ahora, las caídas son las que más casos producen.
El Hospital Nacional de Parapléjicos ya tiene en mente los retos del próximo medio siglo, que pasan por promover la investigación, humanizar la atención sanitaria y adaptar los tratamientos a los cambios tanto en los pacientes como en las lesiones.
Así lo declara la directora gerente del hospital, Mónica Alcobendas, en una entrevista a EFE donde analiza cómo ha evolucionado todo lo que rodea al centro, desde los recursos médicos hasta el trato social hacia la discapacidad.
"El cómo se percibe la lesión medular ha cambiado con los cambios socioeconómicos. La discapacidad se mira de forma diferente a cómo se miraba hace 50 años", apunta Alcobendas, que agrega: "Todo esto nos orienta a un mundo mucho más solidario, en el que todas las personas tengan las mismas oportunidades para desarrollar una vida plena".
Alcobendas manifiesta que tampoco son iguales las lesiones: las medidas de concienciación, normativa y mejora de las infraestructuras "han hecho que tanto los accidentes de tráfico como los laborales disminuyan, y eso ha hecho que el número de lesiones no traumáticas vaya cogiendo más valor frente a las traumáticas", aunque estas siguen siendo mayoría.
Y, al tratarse de pacientes de mayor edad (la media está ahora en 51 años), "tienen más comorbilidad, y eso facilita que haya otro tipo de lesiones, que pueden ser vasculares, infecciosas, tumorales, inflamatorias...", detalla la doctora, recalcando que "hay que adaptar los tratamientos a los cambios".
Evidentemente, las últimas cinco décadas también han dado para conseguir grandes avances médicos. "Conocemos mejor cómo funciona la médula y lo que pasa después de una lesión medular. Eso nos facilita haber desarrollado herramientas terapéuticas y diagnósticas incorporando las nuevas tecnologías", afirma Alcobendas.
Los marcapasos diafragmáticos, la cirugía de la extremidad superior, la robótica o la realidad virtual son algunas de las innovaciones más destacadas que se han incorporado al funcionamiento del hospital.
Alcobendas asegura que la propia "filosofía del tratamiento ha cambiado". "Buscamos facilitar la neuroplasticidad más que compensar las cosas que están limitadas funcionalmente", subraya.
Con esto, la doctora se refiere a que el sistema nervioso central "es dinámico" y "capaz de adaptarse a los estímulos que recibe del exterior"; así, aplicando los estímulos adecuados a los circuitos nerviosos "que no han quedado dañados completamente" por la lesión medular, se puede conseguir "que haya una respuesta, principalmente de la función motora".
La duración de los ingresos sigue siendo "muy variable". "Podemos hablar de entre tres y cuatro meses con una lesión dorsal, una paraplejia, y subimos a los cinco meses o más si es cervical, una tetraplejia", explica la doctora.
El Hospital Nacional de Parapléjicos, que cuenta en total con algo más de 700 trabajadores, tiene asimismo 18 grupos de investigación, que buscan "herramientas a distintos niveles (molecular, celular, de regeneración de circuitos...) que puedan ser útiles luego en la clínica".
"Sin investigación, no hay futuro", advierte la directora del centro, cuyos investigadores trabajan en proyectos de ámbito regional, nacional "e incluso internacional".
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