La terapia contra el cáncer a base de células CAR-T es un método que, tras modificar las células inmunitarias en un laboratorio, logra destruir el tumor y parece funcionar. Hace dos años Sumeya Nibouche, con un mieloma múltiple, lo probó y reconoce que su vida ha cambiado. Ella transmite unas fuerzas y unas ganas de vivir que no hacen pensar que lleva más de 12 años luchando contra un mieloma múltiple.
Sumeya Nibouche explica: “Lo primero es que tienes un cáncer de sangre. Lo segundo es un cáncer de sangre incurable, no vas a tener una larga vida”. A partir de ese momento comenzó su infierno. Ella asegura: “Las lágrimas bajaban gordas por miedo a lo desconocido”. Se sometió a una quimioterapia con efectos secundarios que la dejó “marcas de quemadura en todo el cuerpo”.
También le tuvieron que realizar un trasplante de médula, una situación que ella describe: “Ahí sí que vives entre la vida y la muerte. No te puedes mover”. Sumeya Nibouche transmite emocionada un momento que vivió: “Bueno doctor, yo quiero hacerle una pregunta, ¿voy a salir adelante? Ahí me dijo tú agárrate, que el viernes ya verás que va a ser la remontada”.
El caso es que, tras la operación, Sumeya Nibouche no consiguió remontar y cada vez iba a peor. Ella comenta: “La felicidad me tardó poco. A los tres meses tuve una grave oclusión intestinal y casi me muero”. Ella tuvo que vivir con esta situación durante “12 años de quimio que no funcionaba de ninguna manera, no daba resultados”.
Su vida cambió cuando Sumeya escuchó, a través de la Fundación Cris contra el cáncer, que el tratamiento con células CAR-T estaba funcionado, ya que ella quiso entrar dentro del ensayo. Joaquín Martínez, director de la Unidad Cris contra el cáncer, explica: “Con estas terapias lo que hacemos es entrenar a los propios linfocitos del paciente frente al cáncer, en este caso sería el mieloma múltiple. Una vez entrenadas en el laboratorio, se infunden al paciente para que el organismo pueda reconocer esas células malignas”.
Gracias a tres sesiones con esta terapia, el mieloma múltiple de Sumeya empezó a remitir. Ella asegura: “Me ha cambiado la vida, vuelvo a ser yo”. Este es el futuro, un tratamiento personalizado, aprobado para cuando ya no hay más opciones; el cual ya se está investigando para otro tipo de tumores no hematológicos. Es un procedimiento complejo que consta de cuatro fases.
Las dos primeras fases son: el acondicionamiento del paciente previo al trasplante, en el que recibe la quimioterapia para eliminar células malignas y para hacer hueco en la médula ósea; y el día de la infusión o día cero, en el cual se administran estas células hematopoyéticas del trasplante. Las dos últimas fases son: el periodo de aplasia, en el que las defensas se sitúan por debajo de los límites habituales, y dura entre 12 o 14 días; y la recuperación, en la que los progenitores hematopoyéticos han anidado en la médula ósea y comienza la producción de células.
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