A Fran solo le queda una oportunidad: el tratamiento CAR-T. Le diagnosticaron cáncer en el sistema linfático y, desde entonces, lleva cinco años luchando para seguir con vida. “Casi lloro. No me lo creo, no puede ser, me parece increíble”, confiesa. En su caso fracasó la quimioterapia, un trasplante de médula y dos ensayos clínicos. Ya no le quedaban opciones posibles, a excepción de esta terapia, según informa Lorelei Esteban.
“Uno de los doctores me dijo que no había más tratamientos”, cuenta Fran. "Me derivaron al Hospital 12 de Octubre y el médico Joaquín me comentó que había que conseguir que me aprobasen el CAR-T". Y por fin lo ha logrado después de su larga batalla.
Fran quiere vivir y para ello necesita unos tanques de nitrógeno, que forman parte del tratamiento CAR-T. Se trata del último recurso que los médicos pueden hacer para eliminar su cáncer. El doctor Joaquín le aseguró que iban a intentar que se aprobase la CAR-T como sea “porque no se podía hacer otra cosa y esto era lo único que le podía salvar la vida”. El problema es que no sabían si llegaría antes de que su corazón dejase de latir. "Es un tratamiento caro. Hablamos de alrededor de los 300.000 euros al año", explica Joaquín Martínez, director de la Unidad CRIS de tumores hematológicos.
"La media en España para financiarlo es más de 700 días y en Alemania de 120", añade el doctor. Esto supone quitarle la oportunidad a muchos de tener esperanza de un futuro. "Estamos perdiendo muchos pacientes cada día", subraya Martínez. Gracias a la denuncia de la campaña de la 'Fundación Cris contra el Cáncer', han logrado la financiación para Fran. En diciembre lo lograron y ayer ya pudo recibir su terapia. "Estoy muy contento", señala el paciente que, aunque le quedan unos días en observación, ya vuelve a soñar con los planes que había dejado a un lado. "Mi familia está en Canarias. Cuando pueda, cojo un avión y me voy para allá", recalca con un tono alegre.
La terapia de células CAR-T consiste en hacer que las células inmunitarias, llamadas células T, luchen contra el cáncer. Esto se consigue después de alterarlas en un laboratorio para que puedan encontrar y eliminar a las células cancerosas. Con tan solo una extracción de sangre, se modifican las células y se vuelve a introducir en el cuerpo del paciente.
Es todo un hito en el mundo científico que ya ha conseguido la remisión del 60% de los cánceres. Entre los efectos secundarios se encuentra la fiebre, dificultad para respirar, náuseas, cansancio y dolores musculares.