Nos encontramos inmersos en una crisis de biodiversidad que amenaza cerca de un millón de especies a nivel global. Las aves han sido unas de las perjudicadas. Ya han desaparecido más de 600 especies, pero se prevé que si la situación no mejora, dentro de dos siglos, se conviertan en 1.300. Esto podría suponer un grave problema en el ecosistema y en la naturaleza tal y como la conocemos, y es que las aves son mucho más importantes de lo que pensamos.
El calentamiento global ha sido uno de los mayores desencadenantes en este descenso de especies, aunque según expertos hay una fecha clave en este proceso: "El año 1.500 como una fecha en la que aumentan las extinciones de aves en islas. Es cuando os europeos empiezan a expandirse por el mundo", expone Jorge Orueta, international officer de SEO/BirdLife. Los expertos han confirmado además, que más de 600 especies se han extinguido por culpa de los humanos desde el Pleistoceno tardío.
Según un estudio de 'Science', el 80% de las especies en peligro de extinción se encuentran en islas. Esto es porque "las islas son lugares muy vulnerables para las especies". En el caso de España, el 56% de las especies de la avifauna estudiadas presenta problemas de conservación y el 25% está en peligro de extinción según el Libro Rojo de las Aves de España. Esto representaría un total de 90 especies. Entre estas se incluyen el águila imperial, el buitre negro y el urogallo.
El peligro de extinción representa un problema grave en los ecosistemas. Las aves tienen más funciones de las que nos pensamos: controlan plagas, dispersan semillas, reciclan y son polinizadoras. Hay que tener en cuenta que si se pierde una especie, se rompe una cadena del ecosistema: "La naturaleza tal y como la conocemos es una consecuencia de las especies que la componen. No podemos reemplazar una pieza que se ha perdido en el ecosistema", declara Orueta.
Los científicos actualmente no saben con exactitud las consecuencias que se pueden desencadenar con la desaparición de ciertas especies: "Como si montas un mueble de IKEA sin mirar las instrucciones, no sabes qué piezas son las esenciales. No sabemos de que especie se puede prescindir sin que esto se vaya al garete". De todas formas, Orueta nos deja algo claro y es que "la naturaleza va a seguir funcionando, los que a lo mejor dejamos de funcionar somos nosotros".
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