Todos los fenómenos meteorológicos tienen su impacto en la corteza de los árboles, son un registro natural del clima. Los investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) se encargan de estudiar la corteza de los árboles. El calentamiento global aumenta los desastres naturales, como es el caso de los huracanes de categoría 5 que se originan en el Caribe. Y el ejemplo de la subida de temperaturas lo podemos ver con el pasado mes de junio, que fue el más caluroso de la historia. Con esta subida de los grados, el calor da paso a lluvias torrenciales y aumentan los desprendimientos.
Juan Antonio Ballesteros, investigador del MNCN, explica: “Ves que tiene dos fustes. Está muy inclinado, tiene unas heridas en esta altura por el impacto del agua y de la caída de rocas. Si muestreamos este árbol, podemos ver en los anillos de crecimiento cuándo ha ocurrido este impacto”. Para recoger la muestra utiliza una barrena para extraer cinco milímetros del interior del tronco. Juan Antonio Ballesteros afirma que esta práctica apenas daña al árbol, es “un rasguño”.
Una vez extrae la barrena comenta: “Ya se ven cosas, por ejemplo, el árbol estaba creciendo muy bien y justo en cierto momento empezó a crecer de manera muy anómala, con unos anillos muy estrechos. Ese crecimiento anómalo, que está asociado a esa herida por una venida torrencial, es un registro de cuándo han ocurrido, en este caso, estas inundaciones torrenciales”.
Los últimos trabajos de Juan Antonio Ballesteros han tenido lugar en Los Pirineos y en Los Alpes, y han concluido que desde 1970 el suelo congelado en zonas montañosas (permafrost) está desapareciendo. Esto se debe a los sucesos que ocurren y que cada vez son más dramáticos. Juan Antonio Ballesteros expone: “Tú ves aquí que hay un cambio importante, anillos diferentes al resto, que ocurren cuando el árbol es inclinado. Cuando viene un alud de nieve o una caída de rocas”.
Juan Antonio Ballesteros declara: “En particular, en los Alpes Europeos las caídas de rocas se están viendo aceleradas en términos de frecuencia”. Los árboles torcidos o con heridas en la corteza nos alertan de que el cambio de clima les está haciendo sufrir cada vez más, como consecuencia del cambio climático y los gases de efecto invernadero.
Un grupo de investigadores ha descubierto que, además de CO2 (dióxido de carbono), los árboles captan CH4 (metano) de la atmósfera y lo hacen gracias a los microorganismos que habitan en su corteza. Esto refuerza su importancia como herramienta para luchar contra el calentamiento global provocado por los gases de efecto invernadero. La investigación ha sido liderada por la Universidad de Birmingham junto al Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF).
Este descubrimiento puede suponer un cambio de paradigma en los planes de reforestación y conservación forestal, ya que la ciencia les atribuye un 30% del calentamiento global. El estudio se ha llevado a cabo en los bosques de Inglaterra, Suecia, Panamá y Brasil; y se ha observado que los árboles de climas más húmedos y calurosos pueden capturar una mayor cantidad de metano.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.