Judit Bermejo es parte del 12% de la población que sufre migrañas crónicas, ella confiesa que es un “dolor incisivo y punzante”. Es una enfermedad que la ha acompañado desde que era pequeña y asegura que, por aquel entonces, no había muchas medicinas. Ahora, Judit ha vuelto a ver la luz. Ella reconoce que cuando hay una nueva medicina “te coges a un clavo ardiendo”, ya que ella “desde los seis años tiene migrañas”.
Una de las claves de los dos estudios liderados por investigadores del Hospital Vall d'Hebron es la prevención, que también arroja otras conclusiones. Patricia Pozo Rosich, jefa de sección del servicio de Neurología de Vall d'Hebron, expone: “Hemos visto dos conclusiones. La primera, los tratamientos nuevos son mejores. La segunda, los pacientes que respondían mejor eran los pacientes que eran tratados antes".
El estudio demostraba que usar el medicamento de manera preventiva mitigaba los efectos de las migrañas. Para su tratamiento no hay que confiar solo en el medicamento: es importante llevar una vida ordenada y sin cambios. Y es que hay que actuar en el momento del ataque. El descubrimiento más importante es que, tomar el fármaco para prevenir las migrañas, permite tratarlas con medicamentos menos efectivos. “A veces con un paracetamol consigo quitármelo”, sostiene.
Pese a la efectividad del fármaco, hay que ser precavidos porque no todo el mundo puede acceder a este tratamiento. Judit afirma que depende de “tus condiciones” y del “diagnóstico”, ya que “no se encuentra en farmacias”. Ahora, gracias a este medicamento, pacientes como Judit pueden volver a hacer vida normal. “No tengo tanto dolor y puedo pasar un mes sin migraña”, indica con una sonrisa en la cara.
Según recoge la página del Hospital Vall d’Hebron, entre los fármacos diseñados concretamente para combatir la migraña destacan aquellos que se basan en el bloqueo de la proteína CGRP, que está relacionada con el dolor que produce esta enfermedad. Entre estos medicamentos, está ‘Erenumab’, el primero del grupo que se estrenó en el mercado.
El primero de los dos estudios de Vall d’Hebron, que se publicó en ‘JAMA Neurology’, se basó en analizar la evolución de 621 pacientes con migraña episódica, cuando los episodios pasan en menos de 15 días al mes. Su trabajo se basa en un ensayo clínico de fase IV con la colaboración de 84 centro de 17 países. Los pacientes se dividieron en dos grupos: unos recibían ‘Erenumab’ y otros tomaban fármacos que no eran específicos para las migrañas.
La otra investigación de Vall d’Hebron ha sido publicado en ‘Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry'. Se basa en analizar las variables que influyen en la respuesta a la terapia con fármacos anti-CGRP. El trabajo ha contado con 6.000 personas de 35 centros y 7 países europeos. Los pacientes del estudio tomaban previamente fármacos inespecíficos sin respuesta y comenzaron a tomar fármacos anti-CGRP, como ‘Erenumab’.
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