Jennifer Gómez es una mujer de 36 años. Ella tiene cefalea crónica desde hace tres años y esto le cambió la vida por completo. “Me pasé siete meses metida en la cama”, confiesa. Se trata de una enfermedad que sufre el 4% de la población que no solo consiste en fuertes dolores de cabeza.
En el Día Mundial de las Cefaleas conocemos el caso de Jennifer Gómez, de 36 años. “Es un dolor muy fuerte como si te estuvieran dando con un martillo”, explica sobre esta enfermedad. “Nauseas, mareos y pitidos de oídos son algunos de los síntomas. No solo afecta a la cabeza, sino al cuerpo entero”, añade.
La vida de Jennifer Gómez se convirtió en un infierno cuando la cefalea crónica llegó a su vida. Ella empezó con migrañas leves cuando era muy joven. “Estaba estudiando en la facultad y tres años y medio después comenzaron a ser muy intensas y frecuentes. Llegó un momento en el que lo tenía todo el tiempo”, declara. Las pastillas empezaron a no hacer efecto y probó otras técnicas. “Me infiltraron Botox por toda la cabeza, pero no me funcionó. Ahí es cuando tienes acceso a los anticuerpos monoclonales. De momento, no he tenido ninguna mejoría”, señala.
Su vida social desapareció: “Con mi grupo de amigos he dejado de quedar, llevo años sin escuchar música y me encantaba”. Una situación que le ocurre también con su familia. “Tengo sobrinos pequeños pero me paso meses sin verlos porque cada vez que voy me pongo malísima. He decidido no ser madre por esto”, concluye sobre esta enfermedad que afecta al 4% de la población y de la que Jennifer quiere concienciar.