La medicina familiar sigue sin cubrir sus plazas: ¿por qué los MIR huyen de ella?

Una vez más ha vuelto a ocurrir. Este viernes ha terminado el plazo para que los MIR seleccionen sus especialidades las plazas de medicina familiar se quedan sin cubrir. En esta convocatoria un 18% de las plazas se han quedado vacantes. Los estudiantes de medicina son conscientes de que la atención primaria no está en sus mejores condiciones y por eso eligen otras especialidades.

Para Raúl ser médico de familia no siempre fue su primera opción, “pero ha terminado siéndolo al terminar la carrera”, nos cuenta. Fueron las prácticas en un ambulatorio las que hicieron que se replanteara sus preferencias, “vi el trato que tenía el médico con el paciente, el seguimiento, la relación”.

Aunque finalmente se ha decantado por esta especialidad es consciente de que la medicina de familia no está en las mejores condiciones, “en parte es porque es una especialidad en la que casi no hay plazas de médicos especialistas ejerciendo”, explica, “se puede trabajar sin el título de especialidad”. “Son condiciones que hacen que la gente huya un poquito de familia”, reconoce.

Una huida que deja sin aire a la Atención primaria, cuando esta es la piedra angular de la sanidad pública. Pero sigue siendo la última especialidad en cubrir las plazas. “En la carrera no se le da tanta importancia como debería”, afirma una de las estudiantes. El lado positivo es que el que elige medicina familiar lo suele hacer por pura vocación, “era mi única opción, era familia o no era”, explican dos MIR.

Las principales causas por las que los MIR no eligen medicina familiar

En la adjudicación de plazas para los MIR que ha terminado este viernes, por tercer año consecutivo han quedado plazas vacantes en Medicina Familiar, pero esta vez han sobrado más del doble que los dos años anteriores, de quedar 200 desiertas han pasado a 459 puestos de atención primaria sin cubrir.

La primera línea de atención médica, el pilar de la Sanidad, se queda sin candidatos interesados suficientes por dos causas principales que los disuaden: la sobrecarga de trabajo de los centros de salud y el peor salario respecto a otras especialidades. La diferencia entre lo que cobra de media un médico de familia, 54 mil euros, y lo que cobra la especialidad más demandada, la de dermatólogo con 120 mil euros, es de más del doble.