Hoy comienza la segunda ola de calor del verano. Tras pasar una semana con temperaturas de hasta 45 grados, la AEMET avisa que en esta ocasión tan solo se librarán Asturias, Cantabria y Euskadi de las temperaturas asfixiantes. Un estudio ya muestra la relación directa entre los suicidios y el calor extremo. Y es que nuestra salud está en juego si no seguimos las recomendaciones para superar la época estival y, como no, poner en práctica algún que otro truco para conciliar el sueño.
Las olas de calor acaban de afectando a nuestro cuerpo. A partir de los 35 grados, si hay alta humedad, hay un riesgo de enfermedad. Y si no hay humedad, a partir de los 40, tal y como avisa la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Cuando llega el calor, no solo hablamos de sudar y de soportar el bochorno. Y es que las altas temperaturas afectan a la salud. “Cansancio, sudoración, aumenta la frecuencia cardíaca, náuseas y vómitos”, explica Cristóbal Horales, médico del Hospital Vithas Sevilla. El cuerpo humano se esfuerza por mantener una temperatura de unos 37 grados.
Así que, a medida que suben los termómetros, el cuerpo tiene que trabajar más para mantener una temperatura adecuada y por eso empieza a sudar. “Fisiológicamente, nuestro cuerpo se defiende de las altas temperaturas vasohidratando las arterias para intentar eliminar el calor y aumenta la sudoración”, afirma Horales.
El calor empeora por las noches y es el más perjudicial, ya que nos afecta a la hora de conciliar el sueño. Cuando no se bajan de los 20 grados, no se descansa porque se vuelve imposible dormir, sobre todo si es la tercera o la cuarta noche porque empiezan a aparecer las dolencias y los fallecimientos.
Hay que tener cuidado con perder mucho líquido, ya que nos podemos deshidratar. La mayoría de las enfermedades que aparecen por la gran exposición al calor, se producen por estar expuesto a las altas temperaturas durante mucho tiempo. Tal y como informa ‘MedlinePlus 25’, las más comunes son:
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