En España hay unos 150 casos de pacientes con la enfermedad de Lyme, una enfermedad causada por la picadura de una garrapata. Según informa Manu Reyes en Noticias Cuatro, esta enfermedad puede tardar en detectarse hasta una década. Es el caso de María Justicia, que actualmente tiene numerosos problemas neurológicos y físicos. Ella denuncia la falta de detección precoz.
María Justicia explica: “Yo estaba en una piscina con una amiga y estaba tumbada en el césped y, de repente, mi amiga me dice ¿qué tienes ahí? Era detrás del hombro y era una garrapata. Luego a los 10 años pues ya se me desarrolló la enfermedad hasta la etapa tardía, con unos dolores tremendos que en el hospital ni con morfina se me quitaban. En este extremo de pasar incluso 20 horas diarias en la cama”.
Ella pasó de una vida normal a una vida absolutamente recetada e incluso llegó a solicitar acabar con su vida. María Justicia afirma: “La eutanasia. Cuando salió la Ley de Eutanasia yo ya llevaba cinco años muy mal, porque es que era sufrir 24/7”.
Jon Ortiz, doctor de Medicina Interna en Quirón Salud, explica qué es la enfermedad de Lyme: “Es una bacteria transmitida por un vector, que en este caso son las garrapatas. Con cuidado y si tienes unas pinzas habría que cogerla. Si eso pasa habría que ir al médico para valorar un tratamiento con antibióticos”.
María Justicia cuenta: “Esta enfermedad se llama la ‘epidemia oculta’, la gente no tiene ni idea. La gente se la quita como yo, que me quité la garrapata como al que le pica una avispa o al que le pica un mosquito”. La epidemia es silenciosa, en cualquier lugar natural, incluso en una ciudad, las plagas de garrapatas pueden estar por todas partes. Saber tratarlas, retirarlas e identificarlas; puede suponer evitar una enfermedad fatal.
En el Laboratorio de Bioeficacia estudian las enfermedades transmitidas por garrapatas. Irene Amiano, técnica senior en Tecnalia y responsable del laboratorio, expone: “Lo que comprobamos es que las garrapatas no son capaces de cruzar el brazo tratado con el repelente”.
Los pequeños cambios de temperatura y de humedad pueden favorecer el contacto de los microorganismos con el ser humano. Los mosquitos y las garrapatas son de los principales propagadores de virus, son muy sensibles a estos cambios y su distribución por el planeta está cambiando.
Según recoge Cinfa Salud, la picadura de esta garrapata suele ser indolora y en un 60% de los casos puede aparecer una mancha característica varios días después de la picadura. Suele tratarse de una mancha roja que se desarrolla lentamente (hasta unos 5 centímetros), la cual se aclara en el centro (como una rosquilla) y a menudo está rodeada por anillos de color rojo (como una diana).
La infección se trata con antibióticos, pero hay algunos síntomas, como el dolor producido en las articulaciones, que pueden persistir posteriormente, hasta incluso seis meses después de haberse curado (síndrome post-Lyme). La infección se suele producir al aire libre en zonas boscosa, de pastizales altos o donde haya ganado; y principalmente se produce durante primavera o verano.