Hay un nuevo frente de guerra contra el turismo masivo, esta vez es en Santiago de Compostela (A Coruña), la última parada del Camino de Santiago, donde mucha gente quiere llevarse un recuerdo. Según informa Laura Queijeiro en Noticias Cuatro, la ciudad pone límites al comercio, concretamente para la creación de nuevos comercios dedicados únicamente al turismo.
Por ejemplo, a partir del próximo año no se van a poder abrir tiendas de intercambio de monedas, ni tampoco consignas para que los peregrinos dejen sus mochilas, ni tampoco tiendas de souvenirs o de recuerdos. Hay unas 100 tiendas como estas en el casco histórico. Hay alrededor de 20 solo en una calle que conduce a la Catedral de Santiago.
Esto supone que este tipo de negocios, exclusivamente dedicados al turismo, no sigan ganando terreno a los negocios tradicionales, como son panaderías, las mercerías o las tiendas de alimentación. El objetivo es atraer población al casco histórico de la ciudad y que los residentes fijos que aún quedan no se marchen.
Iago Lestegás, concejal de Urbanismo de Santiago de Compostela, explica: “Animará a que más personas quieran vivir en el casco histórico, porque una de las razones por las que muchas personas no quieren vivir en la ciudad histórica hoy es que la oferta comercial es escasa”. Un vecino de la ciudad comenta: “La gente no va a ir a esos sitios. Siempre se quejan cuando cierran, pero ¿cuándo fue la última vez que fuiste?, ah no yo no he comprado ahí, que era muy caro”.
Una vecina de la ciudad cuenta: “Todas las tiendas, lo que tienen son bocadillos de pulpo, raciones de empanada, botafumeiros y cositas pintadas o sin pinta; pero de tiendas auténticas creo que queda una sombrerería y poquito más”. Otra vecina dice: “Yo la sensación que tengo es que se prioriza el bienestar del turista en detrimento de la calidad de vida de los que pagamos aquí nuestros impuestos cada año”. Y otra vecina de la localidad asegura: “Todo lo que hay son tiendas de recuerdo, está para los guiris”.
Goretti Sanmartín, alcaldesa de Santiago de Compostela, expuso el pasado 1 de abril que el Gobierno local está analizando la implantación de una serie de medidas para reducir la saturación de visitantes en determinadas áreas de la ciudad. Algunas propuestas son cambiar los flujos de circulación de los turistas o reducir el número máximo de personas por grupo.
Goretti Sanmartín también comentó: “La intención es evitar que haya una cantidad de gente muy grande alrededor de determinados lugares, aunque sin cerrar ni restringir el acceso en ningún caso”. Añadió que esta posibilidad se desarrollará en el Plan de Sostenibilidad Turística, el cual analiza más opciones para liberar el casco histórico de Compostela. Estas iniciativas pretender “garantizar el descanso de los vecinos” frente al ruido del turismo y para preservar y respetar el patrimonio histórico.