Un operativo conjunto de la Policía Nacional y de la Guardia Civil ha llevado a cabo la detención de los presuntos autores materiales del asesinato a tiros de Borja Villacís. Los arrestos han tenido lugar en la provincia de Toledo 24 horas después del tiroteo en el que perdió la vida el hermano de Begoña Villacís y otra persona resultó herida. Dani Montero explica en Noticias Cuatro qué relación tenía Dani Montero con presuntos sus asesinos y por qué habían quedado.
En la denominada 'Operación Jaula', agentes de diferentes unidades de la Policía Nacional y de la Guardia Civil buscaban a estas dos personas, posiblemente familiares de la mujer de 52 años detenida dos horas después del crimen en un lavadero de coches de la plaza Elíptica de Madrid. Ella sería la conductora del BMW utilizada en el crimen.
Estos dos hombres, aparentemente más jóvenes que ella, lograron huir por un descampado cercano a la M-40, donde pudieron ser recogidos por otro coche. La Policía los ha detenido tras tomar declaración a los testigos y analizar el rastro policial de la arrestada y las imágenes de las cámaras de seguridad del crimen y las que les grabaron mientras cambiaban las placas de la matrícula de su coche.
Según informa Dani Montero en Noticias Cuatro, para los investigadores Borja Villacís estaba en el escalafón medio de una organización de narcotráfico, pero su papel no se entiende sin dos nombres propios Outlaw y sobre todo, el niño Skin. Este último fue durante años líder de Ultra Sur y, junto a sus colaboradores dentro del grupo, creó Outlaw como la organización nazi más radical de los últimos años.
Outlaw fueron los herederos de Hammerskin, que fueron ilegalizados en 2009 y dieron el paso del fútbol a la delincuencia con el camino que tomaron por ejemplo los Miami. Primero comenzaron tomando el control de la seguridad de los locales más concurridos de Madrid y pasaron al menudeo de droga y a tratar con grandes clanes de la droga colombianos.
En el caso de Borja Villacís, su papel empieza a crecen con la pandemia, cuando se convierte en la persona que custodiaba presuntamente los alijos y que hablaba con un teléfono encriptado. Ellos son proveedores de pequeños grupos, entre ellos uno afincado en Toledo. En un momento dado hay una desavenencia y mandan a Borja Villacís y a Luis ‘el Pecas’, que iba con el en el coche, a hablar con los miembros del clan de Toledo para ver qué ocurre, pero en ese encuentro algo sale mal y todo acaba con el tiroteo en el que fallece el hermano de la expolítica.