Borja Villacís, el hombre asesinado tras un tiroteo desde un coche en Fuencarral, era miembro de los Ultrasur. En 2004, fue condenado por pegar a un joven y, desde hace un año, estaba siendo investigado por narcotráfico y blanqueo de capitales. Aunque la investigación permanece abierta, todo apunta a un posible ajuste de cuentas.
El hermano de Begoña Villacís, exvicealcaldesa de Madrid, tenía un largo historial de antecedentes. Estaba imputado en una causa por narcotráfico y blanqueo de capitales a gran escala en el juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional y que dirige el magistrado Santiago Pedraz.
Borja Villacís todavía no había sido procesado por los delitos de narcotráfico y blanqueo de capitales. Tal y como se muestra en la investigación, se encontraba en el punto intermedio entre una trama dedicada al tráfico de drogas y al lavado de dinero. La primera vez que lo detuvieron tenía 18 años. Fue en 2001 y por desórdenes públicos. Estaba vinculado a los Ultrasur del Real Madrid. En 2004, fue arrestado por agredir a dos hombres en un vagón del metro de Madrid a la altura de la estación Santiago Bernabéu.
Todo comenzó cuando Villacís -junto a un numeroso grupo de personas- insultaron y amenazaron a una pasajera negra. A uno le golpeó con un vaso de cristal roto en la cabeza y a otro le propinó un empujón haciéndole caer al suelo. En 2020, el Instituto Armado ya le había arrestado con 10 kilos de cocaína en Asturias. La última vez que la Guardia Civil lo detuvo fue el 30 de julio de 2021 como cabecilla de una organización dedicada al narcotráfico. En los registros le decomisaron 600.000 euros en metálico que tenía escondidos en cajas de zapatos. Entró en prisión provisional, pero después quedó en libertad.
La polémica más reciente en la que estuvo involucrado Borja Villacíes ocurrió hace un año. Una mujer grabó durante semanas a un agente de la Guardia Civil de Madrid responsable de una operación policial. El hermano de la exvicealcaldesa fue la persona que presentó en el juzgado las imágenes para acreditar que había manipulación en las pruebas.
El modus operandi que se ha utilizado en el asesinato de Borja muestra que podría tratarse de un ajuste de cuentas por encargo. Una posibilidad podría ser algún clan de Carabanchel que haya sufrido un golpe, conocido como 'vuelco', y que les hayan robado pequeñas cantidades de droga. Otra opción sería que fuese alguien de dentro de su propia organización quien haya encargado el crimen. Lo que sí queda claro es que son profesionales que iban preparados: conducían un coche de alquiler para no ser identificados. La búsqueda ahora se centra en los círculos concéntricos y en todas las arterias de salida de Madrid o de cualquier persona que le diera soporte a estos sospechosos.