Las altas temperaturas tienen un impacto directo en la salud mental. Así lo muestra un estudio publicado en la revista ‘World Psychiatry donde se muestra que el calor extremo aumenta en un 5% las muertes por suicidio. Y es que la salud va ligada al cambio climático. El ensayo, liderado por investigadores del Clinic de Barcelona, destaca que vivir en un entorno contaminante aumenta el riesgo de padecer un trastorno mental, según informa Marta Aguirregomezcorta y María Pérez. Tan solo en España, el consumo de ansiolíticos se ha incrementado entre los jóvenes por este tipo de enfermedades.
“A los días o semanas de tener un episodio de calor extremo, aparece un aumento de suicidios y muertes relacionadas con los trastornos mentales”, concluye Joaquim Raduà, director del Estudio Clinic de Barcelona. El equipo del estudio prevé que este incremento pueda llegar al 7% de cara a 2050.
El calor aumenta el 5% de muertes de suicidio. Un estudio señala la relación directa que existe entre las altas temperaturas y la salud mental. Los investigadores señalan que la exposición a largo plazo a contaminantes como el tolueno -usado en pinturas, esmaltes, barnices y adhesivos- aumenta la probabilidad de desarrollar un trastorno mental. Una realidad que ocurre sobre todo en países de renta baja y media, donde las alternativas a los materiales de construcción son mucho más caras.
“Son contaminantes que ya sabíamos que son tóxicos para el cuerpo y el cerebro. Ahora, vemos que aumenta la demencia a largo término”, afirma Joaquim Raduà. En el caso de las mujeres embarazadas, aquellas que se encuentren en el segundo trimestre, deben tener cuidado con los materiales y sustancias tóxicas de las industrias y los combustibles fósiles, ya que amplía la posibilidad de tener depresión postparto. El riesgo de recaída en la esquizofrenia también se incrementa cuando estas personas se exponen a altos niveles de azufre procedentes de la combustión de petróleo.
“Gracias a este estudio, ahora tenemos evidencia robusta del impacto negativo que el cambio climático y la contaminación están ejerciendo sobre la salud mental en todo el mundo”, apunta Raduà. “Estos resultados pueden utilizarse para informar a las autoridades, aumentar la sensibilización pública sobre el impacto de la contaminación atmosférica y los riesgos del cambio climático en la salud mental y así buscar y aplicar medidas para prevenirlo”, concluye el doctor sobre el estudio.
El jefe de servicio de Psiquiatría y Psicología del Clínic, Eduard Vieta, recuerda que las políticas de prevención de suicidio no solo son posibles, sino que son necesarias. En esta línea, aclara que relacionar el calentamiento global no significa que los golpes de calor sean la única causa que lleve a estas personas a quitarse la vida, sino que influyen el momento emocional y las patologías previas.