Un inconveniente en el ámbito sanitario es que a veces las cajas de los medicamentos son tan parecidas que los pacientes las confunden. Según informan Gema García y Bernardo Montaña en Noticias Cuatro, sobre todo le pasa a los más mayores, se toman una pastilla en lugar de otra y puede derivar en problemas. Carmen Santiso toma cada día cinco pastillas diferentes y entre nombres y cajas casi idénticas, no es fácil distinguirlos y ella asegura que se le olvida.
Por eso, su hija María José le ayuda. María José comenta: “Superviso que la tenga bien identificada y que no se dé lugar a confusión”. Las etiquetas cofunden y surgen los remedios caseros. María José explica: “Identificar o poner unas pegatinas o rotularlo, para saber lo que es cada cual”.
Es una práctica cada vez más extendida, ya que son muchos los que, como Carmen, necesitan rotular su medicación para saber cuándo y cómo tomarla. Un señor afirma: “Primero los escribía. Por la mañana, por la noche, a mediodía”. Una señora cuenta: “Las tengo todas ordenadas y a qué hora tengo que tomarlas”.
Blanca González trabaja en la Farmacia Orillamar54 y expone: “Dentro de los mismos laboratorios fabricantes vemos que las cajas son similares”. Por estos motivos ya hay personas que piden a los laboratorios que tomen medidas. Ya existen algunos sistemas personalizados de dosificación porque no todo el mundo tiene a alguien que le ayude en casa con la medicación.
Según recoge el Instituto para el Uso Seguro de los Medicamentos (ISMP) en su página web, la confusión con los nombres de los medicamentos es una causa habitual de errores de medicación. Estos fallos suelen ocurrir principalmente por la similitud que hay entre: los nombres comerciales (Aricept y Azilect, Sumial y Luminal), los nombres genéricos (Dopamina y dobutamina, valaciclovir y valganciclovir) o entre los nombres genéricos y comerciales (Esmerón y esmolol, Rohipnol y ropinirol).
Estos errores pueden ocurrir durante cualquier etapa del sistema de utilización de los medicamentos, desde la preinscripción hasta la administración. También en los procesos de almacenamiento, transcripción o dispensación. Existen factores que pueden aumentar la posibilidad de confusión con los nombres de los medicamentos como: la preinscripción manuscrita poco legible, la similitud en la apariencia del etiquetado y envasado, o por desconocimiento del nombre del medicamento.
Durante los últimos años, las autoridades sanitarias y la industria farmacéutica han aplicado medidas para evitar que existan similitudes inaceptables en los nombres de los nuevos medicamentos que se registran. Incluso cuando el medicamento se prescribe de manera electrónica, puede ocurrir que si hay dos medicamentos que aparecen cercanos con un nombre similar, se seleccione el que no es por error.
El ISMP y varios organismos como el Consejo de Europa, el Instituto de Medicina Americano y la Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente de la OMS; consideran que todos los agentes implicados en el sistema de utilización de los medicamentos deben sensibilizarse de la importancia de los nombres de los medicamentos en la seguridad del paciente y establecer medidas seguras para evitar errores.