Las colillas se han convertido en parte de nuestro paisaje. Si andamos por las calles podemos contar miles de ellas por el suelo, pese a que su impacto en el medio ambiente es muy peligroso. Tan solo en España, hay 60 millones de ellas que acaban en nuestras aceras y carreteras, según informa Sandra Mir. Entre las medidas que proponen para acabar con esta situación se encuentra una tasa al tabaco, lo que supondría un punto más a tener en cuenta tras la aparición de la nueva Ley Antitabaco.
El 75% de los fumadores tiran las colillas a la calle. En la mano aguanta unos cinco minutos, pero en la naturaleza tarde 12 años en degradarse. Las paradas de metro son los lugares donde más se lanzan al suelo, aunque haya papeleras a tan solo cinco metros de distancia.
Ante la peligrosidad de las colillas y su impacto en la naturaleza, nace la iniciativa del grupo de operarios de la Unidad Distrital de Hortaleza. “Es un proyecto financiado por el área de Vicealcaldía del Ayuntamiento de Madrid”, explica Olga Burque, una de sus integrantes. “El tema de tirar colillas está demasiado aceptado socialmente y está muy normalizado”, añade. Tan solo un cigarro puede contaminar hasta 50 litros de agua. Las consecuencias no solo llegan hasta aquí sino que también afecta a la fauna.
Los fumadores desconocen que es lo que utiliza los pájaros para hacer sus nidos. “Estos filtros contienen productos altamente contaminantes por sus materiales pesados como el plomo o el Arsenio. Por accidente, las consumen y les genera una enfermedad gastrointestinal que les puede llevar a morir de inanición”, señala Alberto Remacha, coordinador de SEO BirdLife. Para atajar este problema proponen tres medidas: aumentar las sanciones, poner más depósitos de reciclaje e incluso imponer una tasa al tabaco.