Rodalies sigue con problemas de movilidad por el robo de cobre de la pasada madrugada. Los hechos ocurrieron en las vías de la estación de Montcada-Bifurcació, lo que marcó las elecciones catalanas por los problemas de movilidad de los votantes. El hurto de los cables en los trenes de corta y media distancia en la provincia de Barcelona están trayendo quejas y colas interminables. Nuestro periodista Dani Montero nos destapa el negocio que hay detrás donde pagan 100 euros por un kilo.
Caras de sueño, de frustración y de enfado. Así se encuentran los usuarios que necesitan coger el transporte público, para llegar al trabajo, en Rodalies. “He llegado cuatro horas tarde al trabajo”, señala una de ellas. Una lacra muy común y peligrosa que ha puesto otra vez patas arriba la red ferroviaria catalana con sus 400.000 pasajeros diarios.
Un día después del incendio, Rodalies continúa con el caos con el transporte público. La línea R1, que utilizan aquellos que van a Barcelona, tienen que parar en Badalona y ser derivados al metro en hora punta. Los buses que han colocado como alternativa tampoco funcionan mejor. En la estación de Sants, los habitantes y empleados se han tenido que armar de paciencia en las colas que se han formado.
Dani Montero señala que los Mossos d’Esquadra no tienen duda de que se trata de un robo común. “No han encontrado acelerante de ningún tipo para provocar estos incendios. Falta el cobre que estaba en esas unidades y que provocó una sobretensión que derivó en los incendios”, señala el periodista.
Desde Rodalies se pone el foco en los Mossos d’Esquadra. “Ellos son los responsables de la seguridad ciudadana, tienen que determinar las acciones para evitar esta lacra. Llevamos 46 robos de cable en 2024 y 32 de ellos han sido a Barcelona”, indica Antonio Carmona, director de Rodalies Cataluña.
Nuestro periodista de Noticias Cuatro señala que este tipo de robos son muy comunes y muy peligrosos: se producen uno cada cuatro días y se paga 100 euros el kilo de cable. Esto se convierte en un motivo de peso para los hurtos en toda España. “En este caso se ha producido en un concentrador, una zona con especiales medidas de seguridad que dependen de los cables que han robado, paralizado parte de la circulación y generado los incendios posteriores que sobrecargaron la red", concluye Montero.