Los dientes de leche pueden ayudar a la investigación de enfermedades raras. Según informa Irene Fernández en Noticias Cuatro, un científico español ya lo está utilizando en su laboratorio para fabricar neuronas. Su proyecto tiene mucho que ver con el Ratoncito Pérez. Si un niño tiene cualquier enfermedad rara relacionada con el sistema nervioso, como autismo, síndrome de Rett; él puede hacer algo mejor que el Ratoncito Pérez.
Salvador Martínez, científico del Instituto de Neurociencias de Alicante, explica: “También le pueden decir a los niños que le mandan en ese tubo al Ratoncito Pérez el diente, porque el Ratoncito Pérez no puede venir a por él porque está muy ocupado”. También añade: “Yo me encargo del traspaso, no les van a cobrar nada. Les van a coger el tubo, lo van a meter en una bolsa refrigerada y me lo van a enviar”.
Salvador Martínez participó en las últimas jornadas de la Fundación Querer y explicó su proyecto. Él expone: “El diente tiene que estar fresco para enviármelo a mí y que yo pueda mantener las células vivas hasta que las pueda coger”.
Esas células que menciona son pluripotentes, pueden convertirse en tejido dental o en cualquier otra cosa. Salvador Martínez cuenta: “Esas células tiene como encargo regenerar la encía, los ligamentos periodontales, pero ellas en su esencia todavía pueden dar neuronas. Yo les pongo señales para que se conviertan en neuronas”.
Las neuronas son clave para investigar las enfermedades raras de forma no invasiva. El diente de leche se cae solo. Salvador Martínez dice: “Hasta ahora lo que si hace es coger fibroblastos del niño y eso significa hacer una intervención quirúrgica”. Las células se extraen de forma sencilla y se pueden utilizar ‘in vitro’ (en cultivos celulares)
Él comenzó a hacer esto hace seis años con niños con autismo, ahora su objetivo es ir ampliando esos bancos de dientes. Salvador Martínez afirma: “El objetivo es tener el suficiente número de casos para poder buscar patrones y poder buscar coincidencias. Buscar los mecanismos que subyacen para tratarlos mejor”. Se trata de mejorar el conocimiento de la enfermedad para mejorar los tratamientos.
En este trabajo han colaborado multitud de investigadores como: Francisco Carratalá, neuropediatra del hospital de San Juan de Alicante; Marta Martínez y Carlos Bueno, científicos del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB), o Claudia Pérez, científica del Instituto de Neurociencias (IN-UMH-CSIC).
El proyecto se llama ‘Ratoncito Pérez de las enfermedades raras’ y consiste en crear un banco de células de dientes de leche con enfermedades raras para así facilitar la obtención de muestras a los investigadores interesados en desarrollar posibles terapias. Los dientes de leche suelen caerse entre los 5 y 11 años mediante una extracción espontanea y natural, pero para poder aprovecharse para la ciencia es necesario que se actúe rápido para su buena conservación.