Así trabajan los conductores de ambulancias: su destreza al volante también puede salvar vidas

  • Carlos Mínguez es técnico de emergencias del SUMMA 112 y nos enseña cómo se debe conducir una ambulancia

  • "No tener una conducción correcta puede agravar al paciente”

  • Carlos, como todos los que se ponen al volante es sanitario titulado y puede actuar en cualquier intervención

Cuando una ambulancia recibe un aviso el tiempo de actuación es, en ocasiones, vital. Según informa Sandra Mir en el vídeo, desde la llamada de la llamada de urgencia, la prioridad es llegar a tiempo al hospital, en ocasiones para salvar una vida, pero esa premura no puede poner en riesgo a los pacientes ni a los demás vehículos. Los responsables de que todo salga bien cuentan con una estricta preparación. En Noticias Cuatro hemos estado con ellos para conocer de primera mano cómo trabajan.

Carlos Mínguez es técnico de emergencias del SUMMA 112 y lleva 36 años al volante de una UVI móvil. Nos subimos con el a una ambulancia donde nos enseña las tres maniobras básicas para transportar a un paciente con total seguridad. 

La primera es la prueba de slalom, en la que se trabaja el movimiento del volante, “el vehículo está yendo estable dentro de que estamos haciendo giros, lo que no hacemos son movimientos muy bruscos”, nos explica.

La segunda prueba es la frenada de emergencia, “si se nos cruza un animal, se le cae la carga a un camión o cualquier tipo de situación imprevista en la que tenemos que frenar lo antes posible y esquivar ese objeto”. En esta situación hay que tener en cuenta que una ambulancia pesa más de 4.000 kilos.

La tercera prueba es la frenada asimétrica, esto ocurre cuando las ruedas de un lado tienen una adherencia distinta que las del otro. En este caso, lo importante es dirigir la mirada a donde queremos ir, porque donde dirijamos la mirada es dónde giraremos el volante.

Cualquier acelerón o frenazo puede cambiar el estado del paciente

Estas prácticas son fundamentales porque cualquier acelerón o frenazo brusco podría cambiar el estado del paciente. Según nos explica Carlos, “tenemos líquidos por dentro y se desplazan con los movimientos bruscos por lo que no tener una conducción correcta puede agravar al paciente”.

Carlos, como todos los que se ponen al volante es sanitario titulado y puede actuar en cualquier intervención. Además, es instructor para futuros conductores de ambulancia. En estos vehículos hay que ser muy estrictos con la conducción porque un segundo más o menos o un movimiento antes o después, puede salvar miles de vidas.