Siete de cada 10 personas tienen problemas para llegar a fin de mes. Así lo destaca el informe de ‘Oxfam INTERMON'. La mitad de los españoles tuvieron que recortar gastos en comida y calefacción el año pasado. Esta realidad le afecta a personas como Gloria, quien asegura que “no llega a los 1.000 euros”, según informa Lorelei Esteban, María Albendea y Gema García.
El 50% de la población en España no está satisfecha con su situación económica, una valoración que empeora en el caso de las mujeres. Rosario es una de ellas. Ella logra vivir al día “gracias al banco de alimentos, que ha ido solventando su vida”.
Un informe de ‘Oxfam INTERMON’ subraya que la mitad de la población española se ha visto obligada a recortar en comida, energía y salud. El 27% asegura que su sueldo no le da para tener una vida digna y el 40% ha dejado de ir al dentista, al psicólogo y al fisioterapeuta. Una situación que empeora si hay personas dependientes de por medio, como en el caso de Rosario. “Mi madre tiene 90 años, tiene Alzheimer y hay que dárselo todo como las pastillas y la comida”, explica.
Rosario está dentro del 50% de la población que tiene dificultades para llegara fin de mes. “Se frena uno un poco, pero vamos tirando para delante. Vas mirando lo que está más baratito”, declara. Ella admite que hay más diferencia que antes a la hora de pagar y cobrar: “Se ha notado porque antes se llevaban para el mes y ahora es más para el día a día”.
La mitad de los españoles no están satisfechos con su situación económica, una valoración que empeora en las mujeres como Gloria. Ella lleva 15 años trabajando de teleoperadora: “Trabajo 30 horas semanales y no llego a los 1.000 euros”. Cada mes se enfrenta a un auténtico rompecabezas para hacer frente a todos los gastos.
“Dos días comes pasta y un día comes carne, es así sobre todo siendo madre de familia numerosa porque no tenemos muchas ayudas”, indica. Y es que los ciudadanos recortan en gastos de salud como al psicólogo, al fisioterapeuta o al dentista. Estos ingresos limitados provocan que uno de cada cuatro personas aseguren que no pueden tener “una vida digna”.