Un hospital de Barcelona ha extraído una aguja del cerebro de una niña de cuatro años llamada Sara. Su madre la llevó al dentista para tratarle las caries y todo acabó en una pesadilla. La aguja se coló por uno de los orificios por los que pasan los nervios y las arterias en la base del cráneo y tuvo que ser operada.
Sara, que ahora tiene cinco años, ya tiene una historia para contar. Su madre la llevó al dentista y acabó ingresada en el hospital tras pasarle una aguja desde la mandíbula hasta el cráneo, a milímetros del cerebro. "Se te cae el mundo encima pero estás ahí por ella", explica su madre Montse LLusà. Se trata de una operación inédita que los médicos presentaron en el Congreso de la Sociedad Española de Neurocirugía Científica.
El Hospital Sant Joan de Déu de Esplugues de Llobregat ha extraído una aguja de dentista en el cerebro de una niña de cuatro años. La operación de más de cinco horas, calificada como inédita y sin precedentes, la llevaron a cabo en mayo de 2023 por los doctores Josep Rubio, cirujano maxilofacial pediátrico, y José Hinojosa, neurocirujano pediátrico. La madre llevó a la pequeña Sara al dentista para que le curasen las caries.
En medio de la intervención, la aguja de la anestesia se le quedó clavada y llegó hasta el sistema nervioso de la niña. "Una aguja que no se extrae, acaba migrando por los movimientos masticatorios, los cardíacos y la respiración. Hace que haya movimiento en el cerebro, se va succionando la aguja y puede acabar alojada en cualquier parte del cerebro", apunta José Hinojosa.
Tras intentar sacarla sin éxito los dentistas, consultaron al jefe de cirugía maxilofacial del Hospital Sant Joan de Déu, Josep Rubio, para ver qué podían hacer. El médico aconsejó que la llevasen al centro hospitalario para ingresarla y operarla. Los médicos tuvieron que realizarle una incisión en el lado derecho de la cabeza para extraerle la aguja.
"Llegamos y lo primero que nos dicen es que la aguja está fuera sin daños. Yo pregunté si podía darles un abrazo", recuerda la madre. Gracias a este caso excepcional, los doctores le salvaron la vida a la niña que se encuentra en perfecto estado y que tan solo tiene una cicatriz como secuela. "Se fue más tranquila. El tercer día nos estaba pidiendo hacer el puente", subraya Hinojosa. Y es que esta niña risueña pudo cumplir su objetivo y tener una vida normal.