En España faltan examinadores y profesores de matemáticas, una asignatura básica que pierde peso frente a ofertas de investigación privada, ya que son mucho más atractivas y están mejor pagadas que la docencia. Según informa en el vídeo Marta Aguirregomezcorta, Andrés López imparte clases de matemáticas en la ESO y reconoce que es vocacional, porque le gusta estar con los adolescentes y enseñarles de manera sencilla.
Cada vez es más difícil contratar profesores de matemáticas para clases de secundaria que estén bien cualificados. Julio Rodríguez Taboada, presidente de la Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas, comenta que necesitan personas con un grado de matemáticas o alguna carrera con mucha carga de matemáticas y que hayan hecho el máster de secundaria especializado en matemáticas.
En algunas comunidades como en Madrid, Cataluña y Galicia es común que haya plazas vacías para impartir matemáticas. Luego se cubren por la bolsa de interinos de otras asignaturas. Julio Rodríguez cuenta que se seleccionan a personas que han hecho un máster para dar clases de tecnología, o de dibujo, o de biología.
Irene Ferrando, miembro de la Real Sociedad de Matemáticas, afirma que la mayoría de los egresados ya no tienen tanto interés en dedicarse a la docencia. Prefieren colocarse en el mundo de la empresa por que están muy solicitados. Irene Ferrando también dice que son salidas que son muy atractivas desde el punto de vista económico y de desarrollo profesional.
El Informe PISA mostró que sigue la tendencia de la pérdida de nivel en conocimientos básicos como las matemáticas y la comprensión lectora. A principios de año Pedro Sánchez anunció un plan de refuerzo con tres medidas para mejorar esta situación: trabajar en grupos pequeños dentro de clase (desdobles o codocencia), clases extraescolares a los más rezagados, y formar a los nuevos docentes.
Las dos primeras medidas pretenden combatir de manera directa el problema y la tercera es para mejorar la calidad de la enseñanza, ya que incluso se plantean un complemento económico para reducir este problema profundo y sistémico. El mismo informe recoge que a casi la mitad de los estudiantes que hacen matemáticas les produce tensión dar esta asignatura.
En Cataluña existe una prueba de aptitud personal (PAP) que evalúa la competencia lógico-matemática de los que quieren ser maestros. Este examen se comenzó a realizar en Cataluña, pero otras comunidades están empezando a seguirlo. El caso es que no se consiguió generalizar porque los rectores consideraban que se perderían estudiantes potenciales. Incluso en Cataluña hay dos universidades que se han desvinculado.
Esta prueba evalúa conocimientos de hasta 4º de la ESO para que también puedan presentarse a puestos de formación profesional. La prueba no suelen superarla entre la mitad y un tercio de todos los que se presentan. Además, aquellos que la superan han visto reducidos su nivel en conocimientos fundamentales con el paso de los años.