La pobreza menstrual influye en el absentismo escolar. Esta es la conclusión del estudio de ‘Metroscopia’. La dificultad para comprar productos de higiene menstrual lleva a un 18% de mujeres menores de 25 años al absentismo escolar. Aunque se consiguió una rebaja del IVA al 4%, sectores feministas piden que sea gratuito como en Cataluña.
Una de cada seis adolescentes falta a clase alguna vez por no poder comprar compresas, tampones o copas menstruales. Si alejamos el foco, 50.000 no van a clase por este motivo de manera reiterada. Las encuestadas confiesan haber utilizado otras alternativas como ponerse toallitas, pañuelos, una segunda braga, trapos o calcetines.
El estudio de ‘Metroscopia’ para Evax, ‘El absentismo escolar debido a la pobreza menstrual en España’, muestra cómo afecta la pobreza menstrual a las jóvenes. Ellas reconocen que tienen vergüenza y aseguran sentirse sucias al hablar sobre este tema del que todavía hay mucho desconocimiento, a pesar de que más de uno de cada cuatro profesores conoce algún caso en su centro. Toallitas, un trozo de tela de ropa, calcetines e incluso algodón son las alternativas que utilizan las mujeres, unas opciones que traen consecuencias físicas y mentales. Las primeras por las infecciones. La segunda, por el acoso escolar y la vulnerabilidad de no poder acceder a la educación.
Un 60% de las jóvenes reconoce que ha experimentado fugas de sangre por no tener la protección adecuada. . El 21% de los padres encuestados dice haber tenido dificultades alguna vez para costear los productos de higiene menstrual para sus hijas. El 19% afirma que ha permitido que sus hijas se quedaran en casa mientras estuviesen con el periodo mientras que el 13% admite haberlas enviado a clase sin la protección adecuada.
Cuando se pregunta en la calle por la pobreza menstrual, la mitad de la gente no sabe qué es y el 70% de las personas no conocen o confunden este término. Así nace la campaña de Evax #StopPobrezaMenstrual para concienciar sobre esta situación y acabar con la desinformación que existe en torno a este término.
El estudio se ha realizado a través de cuatro sondeos de opinión entre la población general, mujeres de entre 14 y 25 años, madres y padres con hijas entre 12 y 20 años, educadores de niñas entre 12 y 20 años y dos focus groups a madres con hijas de 12 a 20 años.