Custodia Moreno es una mujer que decidió ser enfermera en los años 70. Ella llevaba cofia y servía cafés en una profesión que solo era de mujeres. Su trabajo inspiró a su hija Marta y a su nieta, que también escogieron seguir en el mismo sector. Estas tres generaciones están separadas por 50 años. Hoy contamos sus historias por el Día de la Mujer.
“Había unos facultativos que por ser enfermera tenías que llevarle el café e incluso comprarle el periódico”, explica Custodia. Se trata de una profesión que sigue con la lucha y que ha salido a las calles para pedir respeto y un cambio real sobre el reconocimiento del papel que juegan en el Sistema Nacional de Salud.
Tres mujeres que representan a tres generaciones de enfermeras. Ellas muestran la evolución de la profesión con el paso de los años. “En aquella época no había hombres porque ellos estaban en la carrera de practicantes”, señala Custodia. Su trabajo inspiró a su hija Marta, quien no dudó en seguir sus pasos.
“Recuerdo los inicios en los que tenía que limpiar los zuecos de los cirujanos”, indica Marta sobre un legado que ahora continúa su hija. “Gracias a la lucha de Custodia y mi madre, las enfermeras estamos más reconocidas”, explica la nieta de Custodia.
Las tres son conscientes del cambio generacional en la profesión, aunque reconocen que queda mucho por cambiar. “Hemos evolucionado pero no al ritmo necesario. Ahora hay otros tipos de café”, sostiene Marta. Uno de los reflejos del cambio se percibe en el uniforme. “Antes era riguroso. Todo blanco y llevábamos cofia”, destaca Custodia. Una realidad muy diferente a la de su nieta: “Es genial poder ir tapada y poder trabajar a gusto porque sabes que no se ve nada”.
“Las mujeres que salimos a las calles a reivindicar nuestros derechos nos ha llevado a la evolución que tenemos”, afirma Custodia. Pese a que todavía queda mucho por lo que luchar en esta sociedad, personas como Custodia nos recuerdan todo lo que se puede lograr con la lucha feminista.