El plan de Trump para la paz en Ucrania: sin recuperar territorios, sin entrar en la OTAN y sin contar con Europa

Europa reclama su sitio en la negociación de paz para Ucrania. Un sitio que Donald Trump ni siquiera ha contemplado, porque no les ha tenido en cuenta. Según informan Sara Canals y Ana Lorenzo en el vídeo, para el presidente de Estados Unidos acabar con la guerra en Ucrania pasa por dos premisas: ni recuperar los territorios conquistados por Rusia, ni ingresar en la OTAN. El mandatario ha asegurado que es “poco probable" que Ucrania recupere las fronteras que tenía antes de 2014, por lo que Rusia mantendría los 4.000 kilómetros cuadrados que ha ganado en su ofensiva. Además, asegura que a Estados Unidos le parece "poco práctico que ingrese en la OTAN". Por su parte, los países europeos de la OTAN reclaman un sitio en la mesa de negociaciones.

Donald Trump promete una paz rápida, pero deja como actores secundarios a Ucrania y a la Unión Europea, y se acerca a Vladimir Putin más de lo que nunca lo había hecho Joe Biden. Se trata de un cambio radical en la política exterior de Estados Unidos y que está siendo muy criticado por los demócratas y por algunos asesores del presidente.

Este proceso de paz implicaría tres grandes concesiones para Rusia: que Ucrania no ingrese en la OTAN, que no recupere su territorio perdido y que no haya garantías de seguridad, es decir, que Washington no envíe tropas a Ucrania para supervisar este proceso. La pregunta que muchos se hacen es qué gana Trump con todo esto y, una de las posibles respuestas está en los minerales raros que posee Ucrania, un sector que ahora domina China y con el que Trump quiere recuperar la inversión que ha hecho con Zelenski.

El presidente de Estados Unidos ha dado detalles sobre la conversación telefónica de más de una hora de duración con Putin para iniciar las conversaciones de paz sobre Ucrania. “El presidente Putin quiere la paz, el presidente Zelenski quiere la paz, y yo quiero la paz”, afirma.

La primera reunión entre Trump y Putin serán "en Arabia Saudí"

Tras una llamada, que la televisión estatal rusa califica de acontecimiento histórico, pronto podríamos ver la primera reunión entre Trump y Putin. El presidente de Estados Unidos asegura que ambos esperan reunirse. "Que él venga aquí y yo vaya allí”, dice, "nos reuniremos en Arabia Saudí y veremos si podemos hacer algo, pero queremos poner fin a esa guerra".

Desde el Kremlin aseguran que el inédito contacto telefónico entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo estadounidense evidencia el consenso entre ambos para llegar a "una solución política, negociada" al conflicto de Ucrania, a la espera no obstante de que el futuro trabajo conjunto pueda traducirse en "resultados".

El compromiso de Moscú y Washington es retomar "de inmediato" este diálogo y el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha matizado ante los medios que "los detalles (del encuentro) aún deben tramitarse".

Asimismo, considera que aún es "pronto" para hablar del futuro marco negociador. Peskov ha pedido "paciencia" ante preguntas sobre una potencial implicación de países europeos o de China, que se ha ofrecido en reiteradas ocasiones como mediador, según las agencias de noticias rusas.

Después de su conversación con Putin, Trump ha hablado con Volodímir Zelenski para contarle su conversación con el presidente ruso y plantearle cómo conseguir una paz duradera. Para eso, Ucrania tendría que encajar la determinación rusa de quedarse con el territorio invadido y olvidar su aspiración a entrar en la OTAN. Rusia rechaza su ingreso y Trump está de acuerdo, ya que lo considera “poco práctico”. Todo para llevar a Kiev y Moscú a la mesa de negociaciones.

Mientras Trump diseña el fin de la guerra, ha enviado a Ucrania a su secretario del Tesoro con un acuerdo económico bajo el brazo para recuperar, dice, su dinero. Quiere el acceso a sus minerales críticos, claves para la industria tecnológica y militar. Zelenski se muestra dispuesto en su desesperado afán por el respaldo estadounidense.

El papel de Europa en el plan de Donald Trump

La llamada de Donlad Trump a Vladimir Putin ha sacudido la reunión de este jueves de los ministros de defensa de la OTAN en Bruselas. La primera en la que participa la administración Trump con la presencia de Pete Hegshet, secretario de Defensa estadounidense.

Según informa Mirentxu Arroqui, los aliados europeos han pedido a Estados Unidos tener una silla en la mesa de negociaciones y que cualquier acuerdo desemboque en una paz justa en la que Ucrania tenga la última palabra.

Entre los países de la Unión Europea hay una mezcla de frustración y enfado ya que algunos países piensan que Trump ya se ha puesto del lado de Rusia al permitir que Ucrania no entre en la OTAN. Además, se abre el debate sobre el despliegue de esas tropas de paz para garantizar un eventual alto el fuego. Estados Unidos ya ha dicho que no va a participar y los países europeos van a tener que afrontar esa tarea en solitario.

Es su primera cumbre de la OTAN como secretario de Defensa de Estados Unidos, pero Pete Hegseth es quien marca el paso. Dice que el plan de paz para Ucrania anunciado por Trump, “el mejor negociador del planeta”, no es una traición, a pesar de las cesiones a Rusia y de no contar con sus socios europeos. 

"Ciertamente no es una traición. Pero como dije ayer a nuestros aliados, reconocemos que hay un conflicto y nadie se ha comprometido más con la misión ucraniana que Estados Unidos", ha señalado el jefe del Pentágono. Hegseth ha defendido la inversión de Washington para "estabilizar las líneas del frente tras la agresión de Rusia", por lo que ha indicado que ahora ha llegado el momento de negociar una salida al conflicto.

"No hay traición. Hay un reconocimiento de que el mundo entero y Estados Unidos están invertidos e interesados en la paz, una paz negociada. Como ha dicho el presidente Trump, detener la matanza. Y eso requerirá que ambas partes reconozcan cosas que no quieren", ha asegurado sobre las concesiones a Rusia antes de iniciar las conversaciones.

De hecho, ha indicado que el contacto con Putin es una "señal de bienvenida" que evidencia la capacidad del presidente estadounidense de atraer a las potencias internacionales a la mesa de negociación.

Lo que es cierto es que el plan de Trump ha cogido con el pie cambiado a sus aliados. El ministro de defensa alemán no se ha andado con rodeos y ha calificado de lamentable que el presidente estadounidense haya hecho concesiones públicas a Putin antes de iniciar las negociaciones de paz y sin contar con sus socios de la OTAN. De hecho, ha explicado Boris Pistorius, Europa debe participar en las conversaciones, sobre todo si, como pretende Estados Unidos, va a ser Europa la que se haga cargo, prácticamente en solitario, de la posguerra y de la amenaza rusa.

Hegseth, por su parte, insiste en que Europa tiene que aumentar su gasto en defensa hasta alcanzar incluso el 5% del PIB para garantizar su seguridad, porque Estados Unidos tiene la vista puesta en una China "en ascenso y con sus propias ambiciones”. El secretario General de la OTAN, Mark Rutte le da la razón: los aliados del lado europeo o el canadiense tienen que hacer más, "es lo justo y lo sensato", para estar a la altura.

Dentro, en el plenario, saludos, apretones de mano y buenas caras y en el aire, el futuro de la OTAN, la alianza histórica de Estados Unidos y sus socios europeos tras la Segunda Guerra Mundial.

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