El mayor desafío cuando se evalúa a pacientes que han podido sufrir un accidente cerebrovascular es identificar el momento en el que se ha producido y saber si el daño es reversible. Ahora, gracias a la Inteligencia Artificial, se ha duplicado la precisión del diagnóstico, según informa Alejandro Oviedo.
Para identificar la gravedad de los derrames cerebrales, el método que utilizan los neurólogos consiste en buscar manchas en los escáneres del paciente. “Lo que buscamos en la tomografía, a falta de un término mejor, es una mancha gris que suele ser circular u ovalada y juzgamos cómo de oscura es”, señala el doctor Paul Bentley, neurólogo del Imperial College Healthcare (NHS Trust).
Un nuevo software de Inteligencia Artificial, diseñado por investigadores del Imperial College de Londres, la Universidad Técnica de Munich y la Universidad de Edimburgo ha mejorado la precisión del diagnóstico de los accidentes cerebrovasculares. “Al utilizar el sistema de análisis de imágenes, la Inteligencia Artificial puede ayudarnos. Este análisis de imágenes puede relacionar con mucha precisión las características de esta zona gris con el momento de su aparición”, sostiene el neurólogo.
Cada cerebro es único y las lesiones tras un accidente cerebrovascular avanzan de manera diferente en cada paciente. Con la ayuda de la IA se identifica cuándo comenzó y hace posible que se puedan realizar tratamientos de forma más precisa y segura.
“Nuestros cálculos indican que hasta un 50% más de pacientes recibirán el tratamiento adecuado en una situación de urgencia”, señala Bentley. Y es que los tratamientos solo son efectivos en las primeras fases del ictus y que, administrados cuando es demasiado tarde, puede ocasionar hemorragias o deterioro.
Tras realizar el estudio con cerca de 2000 pacientes y comprobar que la IA duplica la precisión del diagnóstico, el objetivo es implementar este software en el Sistema Nacional de Salud del Reino Unido.
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