El suelo de Islandia ha vuelto a rugir. Las autoridades del país han confirmado una nueva erupción volcánica, esta vez en el extremo suroeste de la isla. Como informa Daniel Berbel en el video, la localidad de Grindavik ha tenido que ser evacuada ante el riesgo de que la lava llegue a la zona residencial. El volcán de la península de Reykjanes es el séptimo que entra en erupción en un año, haciendo saltar las alarmas de los expertos.
Islandia vive una oleada de erupciones. Después de la inactividad de la zona en 800 años, en 2021 comenzaron a sucederse las erupciones de una forma jamás vista. La de la noche del miércoles es la séptima que se registra en un año.
La localidad de Grindavik, de 4.000 habitantes, ha tenido que ser evacuada. La evacuación ha sido todo un éxito, ya que la Oficina Meteorológica de Islandia avisó con un amplio margen de tiempo, aunque registrase el martes una actividad sísmica bastante baja: “Fue una progresión muy rápida de los acontecimientos. Los datos nos decían que podíamos esperar una erupción, así que todos estaban preparados y todas las evacuaciones se realizaron sin problemas”, explica Rikke Pedersen, de la Universidad de Islandia.
La oficina de meteorología ha afirmado que la lava ya ha alcanzado una zona residencial. Aunque la erupción no haya sido tan potente como las anteriores, la fisura del volcán que se abrió tras una serie de pequeños seísmos, es de tres kilómetros de longitud. La colada de la lava se extiende por dos direcciones.
Las anteriores erupciones han dejado daños que a día de hoy siguen siendo visibles a pie de calle. Casas arrasadas, carreteras intransitables y negocios destruidos por el magma. El país de 400.000 habitantes se caracteriza por su actividad sísmica y volcánica, al estar situado en la falla entre las placas tectónicas euroasiáticas y norteamericanas.
Por el momento, la Guardia Costera se encuentra sobrevolando la zona para evaluar la magnitud de la nueva erupción.
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