La victoria de Donald Trump el pasado 5 de noviembre en las elecciones generales ha dado paso a movimientos cruciales en la Casa Blanca. Después de los polémicos nombramientos de Trump y su arsenal de reformas, Joe Biden ha decidido mover hilos en la guerra de Ucrania. Como informa Ana Lorenzo en el video, el presidente demócrata a autorizado a Ucrania a usar misiles de alto alcance americanos sobre suelo ruso.
A tan solo dos meses de finalizar su mandato, Joe Biden ha optado por tensar más la cuerda con Vladimir Putin en una respuesta a la entrada de tropas norcoreanas en el territorio de Kursk y la llegada de Trump a la Casa Blanca, fiel socio de Putin. El presidente americano ha autorizado a Zelenski a utilizar los misiles ATACMS en el interior de Rusia. Estos son misiles de largo alcance – capaces de viajar hasta 300 kilómetros de distancia- y supersónicos.
Esta autorización representa un giro de guion totalmente inesperado por parte del demócrata. Kiev lleva un año utilizando este tipo de misiles, pero hasta ahora solo era permitido su uso siempre y cuando fuera contra objetivos rusos en territorios ucranianos que hubiesen sido invadidos. No podían ser utilizados en el interior del país hasta hoy. Además, pueden ser usados contra bases militares, infraestructuras y depósitos de municiones.
El objetivo es usar estos misiles para ayudar a Ucrania a mantener su posición en Kursk y lanzar un mensaje de aviso a Corea del Norte. La respuesta del Kremlin no se ha hecho esperar: si los misiles norteamericanos son disparados en el interior de Rusia como ha autorizado Biden, Moscú lo considerará un ataque estadounidense y no ucraniano.
Las respuestas internacionales tampoco se han quedado atrás. Josep Borrel, Alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, expresaba este lunes en Bruselas su posición respecto al uso de armamento proporcionado directamente por la Unión Europea: “Ucrania debería poder utilizar las armas que les proporcionamos, no solo para detener las flechas, sino también para poder golpear a los arqueros.”
La provincia de Kursk se ha convertido en uno de los escenarios más sangrientos de la guerra en los últimos meses tras la ofensiva ucraniana de agosto. Biden ha respondido con esta decisión después de uno de los ataques rusos más violentos de la guerra. Los bombardeos en Ucrania se recrudecen por momentos. A punto de cumplirse mil días desde el comienzo de la guerra, Rusia lanzaba un ataque la noche del domingo contra un edificio de viviendas de nueve plantas.
Un misil ruso impactó dejando 11 fallecidos y 89 heridos. Dos de los fallecidos eran menores y la mayoría de los vecinos rescatados eran ancianos, mujeres y niños. El ataque ha dejado a numerosas familias ucranianas sin electricidad y un escenario completamente trágico, haciendo evidente la escalada de violencia a la que se está viendo expuesto el territorio ucraniano.
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