Estados Unidos tiene un presidente condenado en un juicio penal. Donald Trump ha ganado las elecciones pese a ser declarado culpable de 34 delitos graves por falsificación de documentos para tratar de silenciar a la actriz Stormy Daniels. El magnate también es culpable de abuso sexual y difamación en el caso contra la escritora Jean Carroll.
Trump está siendo investigado por intentar revertir su anterior derrota electoral en relación con el asalto al Capitolio. Ha sido acusado de 13 delitos por supuesta injerencia electoral en Georgia. Su última causa -aunque archivada por cuestiones formales- es la relacionada con la apropiación de documentos clasificados al dejar la Casa Blanca.
Donald Trump es el magnate que sobrevive a todo, incluido dos atentados recientes. Es el primer presidente que vuelve a serlo después de ser condenado por un tribunal por el caso Stormy Daniels. Para él, es una caza de brujas de los jueces corruptos. El empresario es el aspirante que proclamó que le robaron las elecciones en 2020 y después consiguió ser absuelto por el Senado de incitar a la toma del Capitolio.
El magnate es el presidente al que no asustan las malas compañías: Vladimir Putin, Benjamín Netanyahu o Kim Jong Un. Tampoco lo hacen el lenguaje ofensivo y grosero con sus oponentes. Es el político que señala con el dedo a los medios que le critican, que expande el muro con México y afirma que algunos inmigrantes no son personas, sino animales. En su único cara a cara contra la candidata demócrata, Kamala Harris, aseguró que los inmigrantes comen perros y gatos.
Entre sus principales propuestas para su segundo mandato están la construcción de un muro en la frontera con México, vetar el aborto, aplicar una postura más aislacionista en la política exterior, aranceles a los productos procedentes de China, extender el recorte de impuestos a las grandes empresas y aumentar la producción de petróleo y gas natural.
Trump se ha declarado inocente en los cuatro casos penales:
El magnate ha logrado que sea la primera vez, en más de un siglo, que un antiguo presidente vuelva a serlo después de perder unas elecciones y la primera ocasión en la que un criminal convicto llega a la presidencia del país. Porque el propio Donald Trump ha reconocido que sobrevive a todo y por eso hoy da gracias a Dios ante el milagro de su victoria.
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