Este viernes se han hecho públicas doce nuevas grabaciones de las cámaras de los agentes de policía que participaron en la vigilancia el día del atentado contra Donald Trump. Según informa Álvaro Berro en el vídeo, las imágenes evidencian un caos de comunicación entre cuerpos de seguridad y errores garrafales que llevaron al tirador a disparar a placer desde la azotea.
En las grabaciones de las cámaras personales que llevaban los agentes que participaban en el dispositivo del mitin se puede ver como los distintos cuerpos de seguridad rondan el edificio donde se encuentra apostado Thomas Crook con su rifle. En estos nuevos vídeos se aprecia el desastre y la chapuza que realizaron estos policías el día del intento de asesinato de Donald Trump.
En las imágenes se ve como un agente pide ayuda para subir al techo donde se encuentra el tirador. A punto de subir vuelve hacia abajo perdiendo el equilibrio, lo ha visto y sale corriendo. Donald Trump sigue con su discurso mientras el agente rodea el edificio a la carrera y, dos minutos después, comienzan los tiros.
En el escenario agentes del servicio secreto se llevan al candidato republicano. Mientras, el mismo agente que a las seis y diez, antes del intento de asesinato, intentó subir al tejado hace indicaciones al resto. Ya hablan de que el tirador tiene el pelo largo y gafas, advierte que tiene un arma y varios cargadores cerca.
Crook ya ha sido abatido por agentes del Servicio Secreto. Más de 6 minutos después de su primer intento, el policía vuelve al tejado para encontrar el cadáver del tirador rodeado de compañeros.
Una vez concluida la operación, otro agente le dice a un compañero que había avisado, “les dije que tenían que enviar a gente aquí. Se lo dije al Servicio Secreto. Se lo dije este martes”.
Además del desastre en torno al edificio, las conversaciones de otros policías demuestran que 100 minutos antes del atentado ya sospechaban del tirador. En un chat de grupo avisaban de la presencia de un niño, diciendo que debían informar al Servicio Secreto. Ese niño era Thomas Crook.
El Servicio Secreto aún tienen que explicar por qué no había nadie apostado en ese tejado que tenía una línea de visión directa con el candidato republicano.