En Estados Unidos, el sur de Florida sigue en estado de emergencia. Según informa Álvaro Berro en Noticias Cuatro, se han producido fuertes lluvias e inundaciones que han convertido la zona en una piscina gigante con calles donde se acumulan hasta 20 centímetros de agua. La lluvia no para y el alcantarillado no ha soportado el chaparrón. En Miami (Florida) la gente se ha llegado a desplazar hasta en canoa.
El agua ha entrado en todos los sitios, inundando viviendas y locales de plantas bajas. En algunas zonas el agua ha llegado hasta las ventanillas de los coches aparcados. En un vídeo grabado por un vecino, se puede observar a un lado el mar y al otro un lago gigante formado por la lluvia.
El sistema de alcantarillado no ha aguantado el diluvio, por lo que la ciudad de Miami ha invertido 500 millones de dólares en mejoras de esta infraestructura. Lo harán a través de tuberías de drenaje, con la elevación de diques o con la construcción de reservas de aguas pluviales. Ahora se ha declarado el estado de emergencia y se han cancelado los vuelos por estas inundaciones de alto riesgo.
Las lluvias torrenciales en el sur de Florida se prolongarán hasta el sábado. De momento han dejado inundaciones, han provocado tornados, cortes de autopistas, suspensión de clases, y la cancelación de unos 300 vuelos; sobre todo en el aeropuerto de Fort Lauderdale. Por el momento no hay ninguna víctima, pero parece que las precipitaciones se intensificarán por el posible desarrollo de una depresión tropical en el oeste del Golfo de México.
Según los meteorólogos, esta depresión tropical podrá tener lugar la próxima semana, y puede afectar a Texas y a otros estados. Hace dos semanas lo tornados dejaron 18 víctimas mortales en Texas y cortaron el suministro eléctrico a medio millón de estadounidenses.
Las principales zonas afectadas son los condados de Miami-Dade y Broward, en el sureste de Florida. En general ha sido a lo largo de Alligator Alley, la autopista interestatal 75 que atraviesa los humedales Everglades de este a oeste. Daniella Levine Cava, alcaldesa de Miami-Dade, declaró la noche del 12 de junio un estado de emergencia local, con efecto inmediato, debido a la situación meteorológica.
Las televisiones locales de ambos condados muestran multitud de coches atrapados en las inundaciones, viajeros frustrados en los aeropuertos y un gran número de árboles caídos. Entre las calles afectadas está la turística Miami Beach, que a pesar de las labores de elevación de varias calles, continúa siendo el epicentro de las inundaciones.
La plataforma Flightaware contabiliza los vuelos cancelados y demorados. La noche del 12 de julio mostró que se cancelaron 285 vuelos en los aeropuertos de Miami y Fort Lauderdale. Una casa del norte de Miami llegó a registrar en su interior 1,20 metros de altura.
Algunos tramos de la autopista interestatal 95 en Broward y Miami-Dade tuvieron que ser interrumpidos. Un tornado derribó varios árboles en Hobe Sound, dejando aislada la isla Júpiter. La costa sureste de Florida también se ha visto afectada desde el 11 de junio con inundaciones en Sarasota.