Israel ha despreciado la orden de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que le instaba a detener "inmediatamente" su ofensiva sobre Rafah y ha intensificado los bombardeos en la Franja de Gaza, según informa Laura de Chiclana desde Jerusalén.
Un absoluto ejemplo de cinismo tras asegurar que no ha llevado ni llevará a cabo operaciones militares que "puedan conducir a la destrucción de la población civil palestina". Además, han descartado abrir el cruce para la ayuda humanitaria y han rechazado la entrada de una misión de la ONU para investigar un posible genocidio.
Israel reitera que está llevando a cabo una "guerra justa" y que están amparados por su supuesto derecho a continuar con una ofensiva para responder a los ataques de Hamás del 7 de octubre en los que fallecieron 1.200 personas y otras 240 fueron secuestradas.
En las últimas horas, destaca Edurne Arbeloa, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, lo ha vuelto a dejar claro: su país se opone a una operación a gran escala en Rafah.
España, directamente, exige a Israel que cumpla la orden del tribunal de Naciones Unidas. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en redes sociales, recuerda que las medidas impuestas por La Haya "son obligatorias".
Aunque lo cierto es que los magistrados no tienen capacidad para garantizar su cumplimiento, Israel se queda cada vez más aislado y la presión, tanto judicial como diplomática, no afloja.
"Palestina será libre desde el río hasta el mar", señala Yolanda Díaz. A estas palabras de la vicepresidenta segunda del Gobierno, que ha intentado matizar, Tel Aviv ha respondido cortando el acceso a los palestinos a la Embajada española, impidiendo al Consulado en Jerusalén prestarles servicios.
Por otra parte, las autoridades sanitarias de la Franja de Gaza han informado de que son ya 35.857 las personas que han muerto y 80.293 las heridas como consecuencia de la cruenta ofensiva del Ejército israelí.