Es el peor ataque terrorista sufrido por Rusia desde el año 2004. El objetivo fue un complejo de ocio a las afueras de Moscú donde se iba a iniciar entre otras actividades concursos infantiles y un concierto. Eran las ocho de la tarde cuando irrumpieron fuertemente armados cuatro terroristas con ropas de camuflaje. El último balance, más de 143 muertos y centenares de heridos.
Ahora se investiga la autoría de la masacre que fue reivindicada por el Isis. En Concreto, el Isis-K, la rama establecida todavía en Afganistán. Acusan a Rusia por su apoyo a los talibanes y por la ayuda militar en la guerra de Siria, pero el FSB, la antigua KGB, ha puesto mucho énfasis en subrayar que los cuatro detenidos como autores materiales de la masacre, cuyas imágenes han sido ya difundidas, huían en coche hacia Ucrania.
En medio del bosque nevado, uno de los presuntos terroristas, con el rostro ensangrentado es detenido por las fuerzas de seguridad. Son las imágenes que difunden a esta hora los medios rusos. Las del supuesto comando responsable del ataque. Cuatro individuos que huyeron en un Renault Simbol grabado en las inmediaciones del Crocus City Hall. Han sido detenidos 350 kilómetros al sureste de Moscú.
Según fuentes rusas se trataría de ciudadanos de Tayikistán, exrepública soviética de Asia Central, uno de los puntos calientes del terrorismo islámico. En los interrogatorios han confesado haber sido reclutados a través de Telegram. Les ofrecieron, dicen, participar en un ataque a cambio de dinero, 500.000 rublos, unos 5.000 euros.
Les proporcionaron armas y un mes de entrenamiento militar. Él ha contado que llegó a Moscú a principios de marzo a través de Turquía.
Hay además otras siete personas arrestadas en relación con la matanza. La ha reivindicado el Isis en Jorasán, una rama de Estado Islámico con base en Afganistán, responsable entre otros atentados, del llevado a cabo contra la embajada rusa en Kabul hace dos años.
Los yihadistas actuarían en represalia por el apoyo de Rusia al régimen sirio de Bashar al-Ásad y por la participación del Kremlin en el Sahel africano.
Estas serían las armas incautadas en la sala de conciertos. El FSB, la agencia de inteligencia rusa asegura que los terroristas intentaban escapar a Ucrania donde contarían con apoyos. La pista ucraniana ha tardado solo unas horas en aparecer en la investigación del peor ataque en suelo ruso en dos décadas.