Alexéi Navalni, el principal opositor de Vladímir Putin, ha muerto en una remota prisión rusa. Los servicios penitenciarios dicen que se trata de una muerte natural, nada más se sabe de su fallecimiento. La Unión Europea señala al presidente ruso, ya que Navalni ha sido su pesadilla desde que, en 2010, movilizó a miles de personas en su contra. Pero Navalni no es el único, hay una larga lista de opositores de Putin que acabaron asesinados o muertos en extrañas circunstancias.
Borís Nemtsov: llegó a ser viceprimer ministro ruso en los años 90. Fue muy crítico con Putin y recibió cuatro disparos por la espalda en 2015.
Borís Berezovski: Se lo conoce sobre todo por haber sido oligarca, magnate de los medios de comunicación y político durante la presidencia de Borís Yeltsin en la década de los años 1990. Muy crítico con Putin cuando este llegó al poder, fue encontrado aparentemente ahorcado en su casa de Londres donde pidió asilo político.
Anna Politkóvskaya: activista de los derechos humanos, también muy crítica con Putin, fue asesinada de cuatro tiros frente a su casa en Moscú.
Aleksandr Litvinenko: trabajó para el servicio secreto ruso y fue envenenado por agentes rusos. Él mismo, antes de morir en Londres, aseguró no tener dudas de quién lo había hecho.
Serguéi Yushenkov: era diputado y copresidente del partido de derechas Rusia Liberal. Era opositor de la política de Putin y utilizaba su asiento en el Parlamento para denunciar su negativa hacia el Kremlin. Fue asesinado frente a su casa a manos de un pistolero.
Eugeni Prigozhin: el conocido en su día como el cocinero de Putin y líder de los mercenarios de Wagner murió al estrellarse el avión privado en el que viajaba justo después de su intento de sublevación contra la cúpula militar del Kremlin.