La Ley de Amnistía ya es una realidad. El Congreso de los Diputados la ha aprobado sin sorpresas y siguiendo el guion previsto. Según informan María Galán y Susana Camacho en el vídeo, el Gobierno y sus socios de investidura han votado juntos: 177 votos a favor y 172 en contra. Alberto Núñez Feijóo ha acusado a Pedro Sánchez de mentir a los españoles y dar privilegios a unos sobre otros. El presidente del Gobierno, que sólo ha acudido a la votación, se ha limitado a celebrar el resultado. Los independentistas, por su parte, han olvidado por un momento sus diferencias para reclamar el siguiente paso: un referéndum en Cataluña.
En una sesión muy tensa en el Congreso la Ley de Amnistía ha sido aprobada con 177 votos a favor, los del Gobierno y todos sus socios de investidura. Prueba de la tensión que se ha vivido han sido los gritos de traidor a Pedro Sánchez y sus ministros mientras decían sí, a los que en la bancada del Gobierno han respondido con aplausos.
Oriol Junqueras ha celebrado la aprobación desde la tribuna de invitados y, mientras que los diputados independentistas se abrazaban y mostraban los puños en alto en señal de victoria. Para Gabriel Rufián, portavoz de ERC, “hoy no se perdona, hoy se gana, es la primera derrota del régimen del 78”.
ERC y Junst ya han dejado claro que el siguiente paso es el referéndum para la independencia de Cataluña. Algo que Pedro Sánchez no ha escuchado porque, como otras veces, solo ha acudido a la votación. Lo que ha aprovechado el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, para atacarle, “es tan cobarde que no aparece por aquí”.
Alberto Núñez Feijóo si ha querido capitalizar el no a la amnistía mientras volvía a reclamar elecciones, “hoy hemos asistido al acta de defunción del PSOE”. Santiago Abascal y Feijóo han coincidido en describir la aprobación de la Ley de Amnistía como “corrupción política”. Por su parte, los socialistas han aprovechado para arrinconar a Feijóo en la extrema derecha, “será devorado por los suyos y por la ultraderecha”.
Ahora, la ley queda en manos de los jueces, en los que están puestas ahora todas las miradas. “Me preocupa que cumplan con la ley” ha afirmado Rufián.
De este modo, según informa Carlota Núñez en el vídeo, se culmina un proceso que antes de las elecciones general del 23 de julio parecía imposible, "la amnistía es algo que este gobierno no va a aceptar", decía Sánchez, "desde luego no entra en la constitución española", pero que las urnas convirtieron en algo imprescindible para hacer, como él mismo dijo "de la necesidad virtud".
Tras los indultos de los condenados por el procès, los independentistas catalanes pedían la amnistía a cambio de darle la presidencia a Pedro Sánchez y, a partir de ahí, en el PSOE lo imposible pasó a ser sanador, "la normalización política en Cataluña", decía Sánchez.
La necesidad hizo también que el PSOE empezara a dar pasos para mostrar su compromiso, sobre todo, a los de Carles Puigdemont. El número 3 del partido viajaba a Bruselas y publicaba las primeras imágenes de un dirigente socialista sentado con Puigdemont, fugado desde 2017. Junts llegó a votar en contra de la norma porque creían dejaba fuera a su líder, obligando a volver a cambiar el texto de la ley para que continuara su tramitación.
Una Ley de Amnistía que desde el principio ha contado con la oposición frontal del PP en el parlamento y en la calle donde los de Feijoo han convocado hasta cinco manifestaciones contra la norma.
Las negociaciones también acabaron con la sede de los socialistas rodeada por miles de personas que empezaron clamando contra la ley y acabaron golpeando muñecos que emulaban a Pedro Sánchez en Ferraz.
Con la amnistía pactada pero no aprobada, se adelantan las elecciones en Cataluña, con una victoria para los socialistas que, consideran, respalda su estrategia. "Permítanme que les diga que teníamos razón", dijo Sánchez tras los comicios".
Ahora, 10 meses después de las elecciones que convirtieron en necesario lo imposible, el congreso aprueba la ley, que pasa al campo de juego de los jueces.