El precio de los alquileres no toca techo. Miles de jóvenes se ven condenados a compartir habitaciones, volver a casa de sus padres y destinar la mayoría de su salario a alquileres con precios abusivos. Muchos ya se han lanzado a la calle a protestar, como en Madrid o Valencia, donde se han vivido manifestaciones multitudinarias. Algunas comunidades autónomas como Cataluña intentan regular el precio de los alquileres mediante la declaración de zonas tensionadas, pero como informa Alicia Alegre en el video, no es suficiente.
Aproximadamente 140 municipios catalanes han sido declarados zonas del mercado residencial tensionado. Este concepto aparece en la Ley 12/2023, de 24 de mayo, donde se traslada a las comunidades autónomas ciertas competencias urbanísticas que permiten regular el precio del alquiler en algunas zonas. Este tipo de declaración tiene una serie de requisitos que se recogen en el tercer apartado del artículo 18 de dicha ley.
¿Es esto efectivo? Lo cierto es que ciudadanos como Anna Montersein, con un trabajo estable como profesora, tras dos años independizada ha tenido que volver a casa de sus padres. Anna se encuentra buscando una residencia en zonas tensionadas como el municipio de Altafulla, pero declara que “los precios son desorbitados y casi todo de temporada”. Jóvenes como ella se encuentran totalmente desesperados por encontrar una vivienda donde alojarse: “Quiero empezar a formar mi vida y es imposible”.
En la mayoría de zonas costeras, la regulación del precio del alquiler no es suficiente. Esto es porque la oferta de alquileres turísticos es extremadamente abundante. “Estamos en primera línea de mar y como ves, lo que hay aquí es solamente alquiler turístico”, nos explica Cecilia Vilaseca, asesora de Fincas Eva Altafulla. La consecuencia de esta oferta es que una gran parte de las residencias están destinadas a alquileres temporales: “Nos piden siempre alquiler y al final lo único que podemos ofrecer es alquiler temporal”, expone la asesora.
La mayoría de los hogares de estas zonas que se encuentran en alquiler son viviendas de segunda residencia o de residencia no habitual, como explica Àlex Cañas, Concejal de Vivienda del Ayuntamiento de Altafulla: “De las 4.800, 2.700 son de vivienda no habitual”. Esto, en consecuencia, “dificulta un poco lo que es ese acceso de poder vivir todo el año” en estas zonas. La falta de viviendas de alquiler es otro de los problemas más frecuentes en las zonas tensionadas, como comenta Montserrat Muñoz, alcaldesa de Creixell: “El problema es que no tenemos en el mercado viviendas asequibles para alquileres y los alquileres que se pueden dar son caros”.
Algunos municipios ya se están planteando construir viviendas accesibles. Mientras, el partido de Esquerra Republicana ha registrado en el Congreso de Cataluña una reforma de la Ley de Arrendatarios Urbanos con el objetivo de limitar el alquiler de temporada y equiparar este tipo de contratos a los de vivienda habitual. Esta reforma va destinada sobre todo a los municipios tensionados.
A nivel estatal, pocos se han pronunciado sobre el problema que está suponiendo a jóvenes como Anna conseguir una vivienda en estas zonas.
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